La final del mundo desde la vecina orilla |
Liber Trindade |
Estuvimos en Concordia, viviendo la final de la Copa del Mundo Brasil 2014 junto a los hinchas argentinos. |
Se nos fue julio, un mes que genera la mayor expectativa mundial cada cuatro años, la historia contará que en el mundial de Brasil 2014 Uruguay le ganó a Inglaterra y a Italia, cortando con la racha negativa de décadas sin poder derrotar a un equipo europeo. Cruzamos el Río Uruguay para ver cómo vivían los argentinos la final que enfrentarían con los alemanes. Estuvimos visitando las Termas de Federación, un lugar que todo uruguayo debería conocer para comprender lo que es el verdadero turismo termal, cómo se prepara una ciudad para brindar servicios de calidad. Federación es una ciudad que se debió reasentar al construirse el embalse de la represa de Salto Grande, ya que las aguas inundaron la antigua ciudad, similar a lo que pasó en nuestro territorio con la ciudad de Constitución. De este lado apenas sobrevivió una ciudad casi fantasma, olvidada en el tiempo, del otro lado creció y llegó a casi 20.000 habitantes la nueva Federación. Allí hace pocos años comenzó a funcionar un parque termal y en su entorno rápidamente se construyeron hoteles de muy buena calidad, paseo de compras, restaurantes, con una parquización espectacular, limpieza y muchos controles, que hace un marco ideal para el paseo en familia. La gran diferencia radica en pensar una ciudad en grande, con visión de futuro, otra muy distinta amontonar a la uruguaya, como nuestras termas, sin planificación o con poco sentido de ubicación, como se construyó en el período anterior una terminal en las Termas del Daymán, donde los ómnibus apenas pueden girar. Pero en fin, volvamos a Argentina, decidimos ver el partido en Concordia, en un día con una temperatura ideal. A pesar de ser una ciudad de 150.000 habitantes lo que nos llamó la atención fue que no se vivía una euforia total mientras esperaban el partido, en calles y avenidas si bien había bastante tránsito, muy pocas banderas se veían, como estamos acostumbrados acá en nuestra capital. La Municipalidad de Concordia había montado una pantalla gigante frente a su edificio y se dio cita mucha gente, con decenas y decenas de pequeños niños. En lo futbolístico nada para reprochar a su selección, hicieron un gran partido, una final digna de disfrutar, con mucha emoción. Con gran respeto, entre aplausos, vivimos una final del mundo desde otro ángulo, compartiendo ese momento histórico en una ciudad vecina, que al igual que nosotros vive los embates de la naturaleza con las inundaciones. || |
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