Ni profesor ni alumna
Isa Scotti Girardo
 

Entrevista al hombre procesado en Paysandú por inducir a una menor a practicarse un aborto.

Sabido es el caso que nuevamente pone a Paysandú en la palestra nacional y relacionado una vez más con sexo y menores. Esta vez todo apuntó, como lo tituló la prensa en su momento, a un profesor que habría tenido un romance con una alumna, que derivó en un aborto ilegal y la menor internada.

El mayor implicado en el hecho es un conocido organizador de fiestas estudiantiles en Paysandú, dueño y director de un centro de informática.

Federico Aguiar, tal es su nombre, al conocerse públicamente estos hechos, y a pesar de que la información se manejó con cautela en cuanto a su identidad, por ser primario y quedar procesado (solo se sabían sus iniciales), de todos modos envió una carta contando su versión de los hechos y firmando con nombre y apellido [v. nota aparte «La carta a El Telégrafo»].

Accedimos a hablar directamente con Aguiar, con el fin de conocer su versión de los hechos, debido a que tanto la información que se conocía como la propia carta por él enviada a un periódico local de Paysandú dejaban ver serias contradicciones. Según Aguiar, estos últimos hechos sucedieron a finales de abril, principio de mayo, pero recién ahora salieron a la luz una vez que finalizaron las investigaciones.

¿Cómo conoció a esta chica?
Fue por Facebook. En marzo de este año cuando comenzaron las clases, fui a UTU a llevar cupones por el tema de la academia, para sortear, algo que siempre hago con los liceos, UTU, primaria, voy a radios, público en general. Lo que doy son becas para mi instituto de computación. Cuando doy estas becas, dejo en la cartelera del centro el número de celular y la dirección, y el celular es mío particular, es personal, para la academia, para todo. A partir de ahí ella me buscó por Facebook y me empezó a escribir. Me decía que me había visto en la UTU, su Facebook tenía otro nombre que no era el verdadero de ella (me entero de esto en investigaciones). El nombre que daba en Facebook parecía un nombre real, sin apodo ni nada. Empezó a escribirme unos quince o veinte días, hasta que un día sin citarnos previamente ni nada porque nos escribíamos en una buena, llega a mi casa. Empezamos a hablar y ese tipo de cosas y estuvo un rato y cosa va, cosa viene… pasó algo.

¿Pero ella era alumna del instituto?
No, para nada, no era alumna, nunca la había visto antes en mi vida, solamente por chat, tampoco por chat decía algo grosero, no es que uno está buscando gente por Facebook o algo de eso. Finalmente pasó lo que pasó. Según lo que hablamos por Facebook yo pensaba que era mayor de edad, daba el aspecto de mayor de edad, tenía nombre que no era.

¿Nunca le dijo el nombre real?
No. Yo la conocía por ese nombre, que obviamente no puedo darlo por ser menor de edad y para preservar su identidad. Sinceramente yo no esperaba ninguna visita y menos un encuentro íntimo, si no, uno se prepara, y ella me dijo que me quedara tranquilo que ella tomaba pastillas. Hasta ahí es algo normal, de haber sabido que no era así, yo hubiera tenido alguna pastilla de emergencias, aunque en realidad no tendría que haber pasado nada, pero ta… ocurrió; confiándome en lo que ella me había dicho. Después de eso me escribió dos o tres veces más por Facebook. A las tres semanas, tres semanas y media, no sabría decirte con exactitud, aparece nuevamente en casa. Golpea y veo que es ella y estaba llorando. La hago pasar y le pregunto qué le pasaba porque la veía angustiada. Me dice: «Fede, perdoname, te mentí. Ayudame, por favor». «¿Qué te pasó?». «Mirá, no tengo la edad que te dije, no me llamo como en el Facebook —pero tampoco me dijo su nombre—, no tomo pastillas y aparentemente estoy embarazada».

¿Así que ustedes no se siguieron viendo luego de aquel primer encuentro? ¿Había una relación, eran novios?
No, no, para nada. Están muy mal informados los medios. Incluso fui al diario El Telégrafo, hablé con el periodista Leonardo Albano, el tipo temblaba, no sé si es muy nervioso o qué y le dije que quería saber de dónde había sacado la información. Me dice que jefatura le dio los datos y llamo a jefatura, que desde ahí no salió esa información.

«¿Por qué la jueza no determinó prisión? Por el hecho de que la chica en el juzgado admitió todo. Ella podría haber dicho que abusé de ella y le iban a creer a ella».

 

O sea… para ordenarnos, ¿confirmamos que la chica no era alumna del instituto?
No era alumna y tampoco nunca vino ni a gestionar una beca. Ella había quedado sorteada por una, pero nunca se había presentado. Mandé un mensaje a su casa al celular que había dejado en el cupón. Como la vi en UTU yo no pude descifrar su edad debido a que van muchos mayores de edad, diferente sería con cupones de escuelas o liceos. Bien, luego que me cuenta la verdad, yo quedé atónito. Lo primero que hice fue ir a comprar un test de embarazo para que se quedara tranquila a ver si estaba embarazada o no. Aparte en tres semanas cómo iba a saber si estaba o no, y resultó positivo. Estaba llorando y me pedía que la ayudara y en ese momento fue mi peor error y es donde me mandé la macana. Tendría que haber ido con un abogado pero uno lo piensa en frío y más tranquilo… cosas que no se hicieron. Tendría que haber ido a su casa, luego que me dijera la dirección, plantearle la situación a la madre por más que se enojara, dar la cara y quedarme tranquilo por el tema de su edad y bueno… es algo legal y si la madre decidiera que no lo tuviera… a mí no me afecta ser padre, como puse en el diario, fui padre feliz con 17 años y lo volvería a ser pero las circunstancias se dieron que uno se nubló. Tampoco jamás puse en tela de juicio si ese chiquilín que venía era mío o no por el tema de las semanas y eso nunca se va a saber tampoco. Luego me enteré que para la edad que tenía, tampoco era primeriza, ya tenía experiencia. Hubiera sido más normal con una chica que tuviera más de 18 a una chica de 14. Ya cambia rotundamente. Más allá de eso, busco por internet algún método natural para interrumpir la gestación, ya que ella me pedía que la ayudara. Luego de la búsqueda leo lo de esta pastilla de Misoprostol y sus efectos secundarios si se la tomaba mal o se complicaba en algo, pero tenía entre un 80 y 90 por ciento de efectividad en caso que se tomara bien y con ese tiempo de tres semanas o cuatro, iba a ser como una menstruación pero un poco más fuerte y se supone que no habría (entre comillas) ningún tipo de problemas. Una vez que las tengo, la cito, le explico cómo es ya que leí todo el prospecto, le mostré cómo se tomaba la primera toma, lo hizo bien, se fue tranquila. Cuando se va para su casa, en vez de tomar la siguiente toma a las doce horas, se tomó todo junto el resto de las pastillas, ya que trae una dosis extra por si no le ocurría nada. Se tomó todo junto y eso derivó en una hemorragia severa, el cual podía haberse comprometido si se quiere hasta su propia vida o comprometer algún órgano. Jamás era la intención de que a ella le pasara algo. Al otro día le escribí y me dijo que estaba todo normal, al segundo día el sangrado fue abundante y la internaron. Allí le cuenta a su madre y la madre me escribió. En todo momento yo le preguntaba cómo estaba la chica y le decía que no le podía pedir disculpas por mensajes porque no lo iba a entender, obviamente que iba a estar enojada. Y la madre me hablaba sobre los gastos que iba a tener, de cosas inferiores a la situación. Tampoco nunca me dijo malas palabras, que podía haber salido con cualquier cosa, pero me descolocó eso.

¿Pensaba más en las consecuencias económicas que en el caso?
Claro, porque si estaba realmente mal la hija podía correr un gran peligro. Pasaron dos días, ella salió de la internación, no se le comprometió nada, gracias a Dios, en ningún momento corrió riesgo su vida…

¿Usted siempre estaba al tanto de la situación?
Sí, estaba al tanto con la mamá y ella misma me escribía. La madre solo me escribía por el tema del dinero, en tres o cuatro oportunidades para recalcarme eso y le decía que por plata no había problema pero el tema era que la chica estuviera bien y una vez que saliera de la internación. Y una vez que salió, la doctora tuvo que informar de este hecho como corresponde. Una menor que hizo un aborto colaborado por un mayor, en vez de haberlo hecho como correspondía.

No siguieron los pasos que marca la ley…
No se siguió la ley y por eso es el delito, si se hubieran seguido los pasos no había ningún delito, se informó a investigaciones y se hizo todo un proceso.

¿El tema del encuentro sexual fue consensuado?
Claro. Todo fue consensuado. Incluso la segunda vez que viene llorando trae una carta, que te la voy a mostrar, y cuando me da la carta, por la forma que está escrita te das cuenta que 18, 19 o 20 años no tiene. Con cosas de una chiquilina de liceo, te das cuenta. El tema derivó en esto y lo quería aclarar contigo porque te conozco como periodista y aclarar ese punto: que no había ningún tipo de vínculo directo, no era alumna-profesor, nada que ver. De hecho yo no soy quien da las clases, yo le pago a un profesor para que lo haga, soy el director, administro, hago marketing. Ella no era alumna, nunca había venido y las veces que la vi fue las que cuento y nada más. Encuentro fue uno solo.

¿Por qué sacó una carta en diario El Telégrafo?
Lo hice por obvias razones. Por la desinformación y el amarillismo de la nota que escribió este señor Albano. Me pareció totalmente fuera de lugar darle un color más allá de todo lo grave que era la situación. No sé si buscó que la gente se horrorice y compre más el diario, no sé qué es lo que buscó con eso, pero detrás de eso está arruinando en parte a ella, aunque nunca se va a saber su nombre al menos de mi parte, y arruinando también mi trabajo, ya que ahora estoy destruido. Yo no sé cómo va a reaccionar la gente y mi alumnado. Hasta ahora nadie me llamó para mal. Por un grave error que cometés una vez en tu vida, podes tirar por tierra todo lo bueno que viniste haciendo hasta ahora en la parte de educar.

¿Reconoce su error?
Por supuesto. Puse mi nombre para que no se especule, porque se especulaba con que era profesor de UTU. El mismo Albano me dijo ¿usted es profesor de UTU? No. ¿Usted no da clase en UTU? No. Y el mismo periodista me dice: Qué mala información me dieron. Y uno se siente impotente y no puede hacer nada. No tengo lo económico como para hacerle un juicio a un diario. Paysandú es una ciudad chica y te catalogan y la prensa no va a escuchar lo que uno tenga para decir. Por eso fui, a dar mi nombre para que vean quién soy. Mucha gente de acá me conoce por el tema de los eventos, bailes estudiantiles u otro tipo de cosas pero siempre priorizo el tema de la educación. La academia siempre en primer lugar porque fue mi primer trabajo desde los 17 años y he tenido entre 4000 y 5000 alumnos a lo largo de mi vida y nunca pasó absolutamente nada ni con hombres ni con mujeres, porque se puede especular cualquier cosa. Yo quería aclarar cómo fueron realmente las cosas, ni para justificar nada ni en ningún momento. El hecho fue consumado, fue un grave error y voy a pagar por él como determinó la justicia de dos años de procesamiento sin prisión, si en este tiempo yo no tengo ningún tipo de roce con la justicia nuevamente,  quedo limpio de todo. ¿Por qué la jueza no determinó prisión? Por el hecho de que la chica en el juzgado admitió todo, no mintió nada, ella podría haber dicho que abusé de ella y le iban a creer a ella. Igualmente hubo una investigación. Por suerte a pesar de las mentiras que me dijo al principio, después declaró como corresponde y eso fue lo que no me llevó a prisión. Otro factor positivo fue que no se comprometió ningún órgano y no corrió peligro su vida. Y luego por todos los interrogatorios y los informes que hizo la jueza, por eso determinó el procesamiento, porque hubo una falta y yo tampoco tenía antecedentes penales. Si los hubiera tenido, una falta de estas deriva en prisión.

¿Y el tema con su hija cómo quedó? Lo pregunto porque usted mismo lo expone en la carta.
Hablé con ella antes de que saliera en el diario. Se suponía que esto no iba a trascender, al ser yo primario y en investigaciones me aseguraron que no iba a salir en ningún medio, no solo salió en un medio, sino que fue un escándalo y le dieron un color impresionante y en diario El País de Montevideo y otros medios se guiaron por la información que dio El Telégrafo, sin pensar a quiénes herían con esto. Obviamente que mi hija no me va a festejar ni felicitar. Cuando le estaba contando me escuchaba atenta y comenzó a llorar, se sentía que el mundo se le venía abajo. Le pedí que se quedara tranquila, que se va a saber realmente lo que te estoy contando y voy admitir cómo pasaron las cosas. Seguimos en contacto pero no la he visto y las vacaciones han ayudado en este tema. Su mamá se sintió bastante decepcionada porque a pesar que estamos separados confiaba plenamente en mí.

¿Esto le puede traer alguna consecuencia legal con su hija?
Yo creo que no, porque al no estar procesado con prisión no creo que me traiga algún tipo de complicaciones, no tengo régimen de visitas con mi hija y en ese aspecto nunca tuve problemas.

CERRANDO LA ENTREVISTA, Aguiar recalca que en la justicia remarcaron que no importaba si sabía o no la edad de la chica: «No me sirve de mucho porque al fin de cuentas importa la edad real y no hay justificativo. Durante mes y medio tengo que presentarme en la seccional 3ª dos horas, dos veces por semana, esa es la medida sustitutiva que se me mandó y no tener ningún tipo de contacto con ella por espacio de ciento veinte días y si esto ocurriera que alguna me llamara debo avisar a mi abogado». ||

 
 
La carta a El Telégrafo

Aguiar envió una carta al diario sanducero en respuesta a la nota de prensa publicada.

«Quien suscribe, F.E.A.M., en visto a lo publicado en forma errónea, inexacta y de carácter grave hacia mi persona, la veracidad de los hechos, debido a que estoy sufriendo (por esta publicación del diario en policiales), acoso moral y condena de la sociedad. Vale agregar los cientos de llamados y mensajes de quienes realmente me conocen en apoyo y que agradeceré infinitamente. La joven a la cual mencionan como una “relación de noviazgo” que teníamos y que también se daba a las redes sociales, no es verdad, ya que sólo tuve contacto con ella una sola vez. No conozco ni a su familia, ni dónde vive. Además, en todo momento manifestó ser mayor de edad. Dijo tomar pastillas anticonceptivas y que su nombre no era el que me había dicho en un principio o sea la única vez que la había visto.

»Quiero aclarar también que nunca fue alumna de la Institución ya que nunca vino a inscribirse en la academia, nunca se presentó, nunca vino responsable de ella y además porque tampoco soy yo quien da las clases, sino que es un negocio que lo tengo como tal para comer y darle de comer a mi hija.

»Pasadas las tres semanas de nuestro encuentro, la joven se presentó en mi hogar para mi sorpresa, aduciendo que estaba encinta, que por favor la ayudara, que había mentido y que la perdonara, tanto en su verdadero nombre, como su edad, como en el que tomaba pastillas anticonceptivas y que en la casa sus padres (aparentemente adoptivos), la iban a expulsar y no aceptar. Que por favor la ayudara y si conocía de algún método para terminar sus escasas semanas de gestación.

»Desesperado por lo que me había contado y casi sin pensarlo, cometí la equivocación (en vez de en primer lugar contactar con su familia y que se resolviera de un modo conjunto), de buscar en Internet métodos naturales (como es legal por ley y tiene el Hospital), de interrumpir esa reciente gestación. A lo que encontré el medicamento “Misoprostol”. Leí todo, específicamente cómo se tomaba y una vez en mi poder se lo trasmití a la joven en cuestión. Y ahí fue mi error el cual asumo. La joven en vez de tomarlas como indicaba el prospecto, fue a su domicilio y tomó todas juntas, lo que le provocó un sangrado importante debiendo ser internada por un par de días. Me enteré de la situación y estuve a la orden en todo momento y ofreciéndome para ayudar en lo que se necesitara, económicamente por gastos producidos a la señora madre, a la cual no conozco.

»Una vez ella en su casa y sin ningún riesgo, la doctora del Hospital obviamente debido a lo sucedido realizó un informe a la policía de Investigaciones. Aclaro que no tengo ningún tipo de relación con la joven, ni de noviazgo, ni en las redes sociales. Fui padre con 17 años de una hija que amo y amaré siempre. Y que si tuviera que volver a ser padre no me opondría en lo absoluto porque fui feliz desde que mi hija apareció en mi vida y me encantaría en algún momento volver a serlo.

»Por ahora mi situación económica es mi principal arma en contra de no volver a ser padre, sino no habría impedimento. Esto señores del prestigioso diario El Telégrafo es la verdad de los hechos. Gracias por la oportunidad de aclarar este acontecimiento desgraciado. Y de corazón, por los daños que haya causado.

»Dirigida especialmente para mi hija en primer lugar y a todos quienes realmente me conocen y saben lo que soy.

»Federico Aguiar C.I. 2.899.526-9

Nota de prensa de El Telégrafo → http://bit.ly/1p74TAM
Carta de Federico Aguiar  → http://bit.ly/1kaq09t

 
 
 
 
 
 
Al principio de la página | Todos los artículos

 

Artículos de la edición #33 Julio 2014
Todos los números | Todos los artículos | Todos los columnistas
 
Editorial julio 2014. Vieja historia
Liber Trindade
Las inundaciones, un problema de larga data.
 
Ni profesor ni alumna
Isa Scotti Girardo
Entrevista al hombre procesado en Paysandú por inducir a una menor a practicarse un aborto.
 
El islam en la encrucijada
Juan Martín Sánchez
El fracaso de la Primavera Árabe, la sangrienta guerra de Siria, el interminable conflicto israelí-palestino o el surgimiento del denominado «estado islámico» en zonas de Irak han vuelto a poner la atención del mundo en la compleja realidad del Oriente Medio.
 
«Holdouts»: negociar o ser historia
Felipe Caorsi
Al 30 de julio de 2014, Argentina debería haber pagado la deuda o negociado con los «holdouts». Está en juego el futuro financiero de un país con 40 millones de habitantes.
 
La incertidumbre de un país
Leyla Martin
Tan descomunales son las pérdidas producto del socialismo del siglo XXI que ya no hay forma de encarrilar a Venezuela, al menos bajo este Gobierno.
 
A tres meses del atropello, el desarraigo del barrio Sur.
Brian Rodríguez
Difíciles situaciones por las que los vecinos del CH20 realojados contra su voluntad vienen sosteniendo.
 
Higiene (IV)
Raúl Pérez Sánchez
Buenas prácticas en la manipulación de alimentos.
 
Uruguayos, no aprendemos, seguimos matándonos
Jorge Castro Latorre
La imprudencia y la irresponsabilidad se cobró una nueva vida en un accidente entre dos ómnibus en Av. 18 de julio.
 
De shopping
Liber Trindade
Eran las 22:20 de este sábado 6 de julio, semana de vacaciones mediante, y me encontraba saliendo del shopping Portones.
 
Mevir
Daniel Volpi Avedutto
El Movimiento Pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural fue creado por uno de los hombres más eminentes del siglo XX.
 
Campañas electorales en tiempos de redes sociales y descreimiento
Juan José Pereyra
¿Qué tan cierta es la afirmación de que «ya nadie cree en la política»?
 
Cuando el ciudadano se topa con la burocracia
Romina Lettieri
La Intendencia de Montevideo hoy: trámites interminables y pocas soluciones. Una panadería en un barrio humilde se encuentra con una entidad gigante y llena de poder.
 
La final del mundo desde la vecina orilla
Liber Trindade
Estuvimos en Concordia, viviendo la final de la Copa del Mundo Brasil 2014 junto a los hinchas argentinos.
 
Back to black
Felipe González Piñeiro
A tres años de la muerte de la compositora británica Amy Winehouse.
 
La encrucijada cinematográfica
Eleonora Cristofani
Una cartelera poco atractiva después de las vacaciones de julio.
 
Poesía
Ignacio Bassetti / Doly Hernández
 
 
 
Todos los números | Todos los artículos | Todos los columnistas
 

 

 

Archivo | Artículos | Lectores | Créditos
Las imágenes y opiniones vertidas en los artículos y espacios contratados son de exclusiva responsabilidad de sus autores
© 2011-2014 Al día