Los vecinos del edificio INVE CH20 queremos comunicar nuestras más sinceras condolencias a la familia de nuestra querida vecina María Ema Olivera, quien en la pasada semana(1) falleciera en el hospital Maciel fruto de una caída en el baño de su nueva casa, la cual le provocó rotura de cadera. Cabe agregar que en la encuesta realizada apartamento por apartamento en el mes de diciembre dicha vecina había manifestado que no quería de ninguna manera ser realojada fuera de su barrio Sur. Parece que las condiciones de la vivienda en que fuera realojada no eran las mejores, contando con mucha humedad, y al sumarle el poco conocimiento que tenía la señora de las condiciones de los pisos del baño, hizo que la consecuencia fuera mortal.
Esta semana tuvimos una reunión con las autoridades de la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) para realizarle diversos reclamos, entre otros nuestras pertenencias que no habían sido trasladadas en la mudanza, respondiéndonos que habían sido inventariadas y la próxima semana se iban a comunicar con nosotros para devolvernos dichos objetos, pero que las ventanas las iban a devolver sin los marcos, porque tenían miedo de que alguien les volviera a hacer una denuncia penal por no tener los implementos necesarios de seguridad al momento de retirar los marcos de la ventana y que no tenían mucho tiempo para atendernos porque afuera se encontraban vecinos muy molestos cortando la calle Zabala que pertenecían al Complejo Dionisio Díaz de las Calles Capitán Tula esq. Mendoza, quienes venían a manifestar por sus derechos. Ante esto algunos vecinos realizaron la denuncia en la seccional 2ª de policía por apropiación indebida por parte de la ANV. También los vecinos reclamaron sus dos bombas de agua, sus tanques de agua de la planta baja, un flotador del tanque de la azotea y otros objetos de la sala de reuniones.
Hay que agregar también las difíciles situaciones por las cuales los vecinos del CH20 realojados contra su voluntad vienen sosteniendo. Existen problemas, tanto materiales como psicológicos, que repercuten y dañan su calidad de vida.
En la parte material podemos agregar que las casas ofrecidas por la ANV cuentan con humedades importantes, cerraduras y pestillos con problemas, roturas en los techos, deudas de UTE, IM, OSE, gastos comunes y Primaria, de las cuales la ANV tendría que hacerse cargo. También hay vecinos que pagan tarifas comerciales en vez de residenciales, claraboyas rotas que la ANV había prometido arreglar, roturas en pisos de casas, agujeros entre marcos y puertas, techos sin impermeabilizar, y al día de hoy no se ha concretado ni una sola escrituración a favor de los propietarios. A su vez recordamos que gente que vivía en apartamentos de tres dormitorios fue realojada en apartamentos de un solo dormitorio, teniendo por necesidad locativa que deshacerse de muebles en contra de su voluntad.
Pero el peor atropello fue cometido en la parte psicológica, afectiva y espiritual de los vecinos. La mayoría no se ha adaptado a su nuevo barrio, se sienten perdidos, sin nada que los ate a ese barrio, teniendo inclusive problemas con sus nuevos vecinos y hasta en algunos casos no saliendo nunca de sus casas, diferente a lo que pasaba en el CH 20 donde los vecinos bajaban a tomar mate todas las tardes. La contención psicológica de los asistentes sociales de la ANV fue nula, ya que una vez desocupado el edificio se olvidaron de los vecinos y los dejaron abandonados a su suerte y verdad.
Tenemos familias devastadas por este cambio que están sufriendo desórdenes mentales profundos, con las consiguientes consecuencias de divisiones familiares; tenemos niños que dejaron el liceo, otros que tienen que trasladarse cerca de una hora en ómnibus para no perder el trato con sus compañeros de escuela.
Existen otras situaciones en que los barrios son peligrosos cuando anochece, que tienen problemas de hurtos y arrebatos, hasta les roban la ropa de la cuerda y les matan sus mascotas, sintiéndose indefensos y encarcelados dentro de su propia casa.
Hay personas que se preguntan cómo seguir viviendo esta pesadilla de nunca acabar, que se sienten exiliadas en su propio país y desarraigadas de sus raíces más íntimas, que lloran todos los días con la esperanza de algún día volver a vivir en su viejo barrio Sur. «La piqueta fatal del progreso» dirigida por intereses económicos logró hacerlos sentir muertos en vida, recordando la cita de Julio Cortázar que dice así: «El exilio es la cesación del contacto con un follaje y de una raigambre con el aire y la tierra connaturales, es como el brusco final del amor, es como una muerte inconcebiblemente horrible, porque es una muerte que se sigue viviendo conscientemente». ||
(1). La presente nota fue escrita en la semana del 30 de junio (N. del E.). |