Antel Arena |
Martín Bueno |
Algo bueno para Montevideo, algo malo para la institucionalidad. |
Luego de ver el show mediático montado por la presidenta de Antel y la intendenta Ana Olivera, debemos hacer una sincera reflexión respecto a las circunstancias y objetivos del Antel Arena. En este sentido dejaré algunas reflexiones, que incluso en algún caso podrán pensar que son contradictorias. 1. El Uruguay es un país al que le cuesta hacer obras, es un país donde hacer un puente parece una tarea titánica, un país donde no se hacen carreteras nuevas, no se hacen calles, ni túneles, no se hacen estadios, realmente hay poca obra de infraestructura de importancia (a excepción del capital privado y sus shoppings). En este sentido, que se encare una obra de la magnitud del Antel Arena es algo bueno. Es una obra que dotará de infraestructura a Montevideo y ello tendrá un impacto fantástico en diversos sectores. Un ejemplo tonto, pensemos lo que fue Punta del Este antes y después del Conrad, obviamente en aquella instancia sabemos quiénes estuvieron en contra. Hoy con el diario del lunes quién puede estar en contra de la Torre de Antel, un ícono de nuestra Bahía de Montevideo y de nuestra empresa de telecomunicaciones. En definitiva, las grandes obras encaradas por el Estado o por privados suelen traer cosas buenas para el desarrollo y bienestar de los uruguayos. En este sentido, estamos de acuerdo con la construcción del Antel Arena. |
El Frente Amplio quiere el Antel Arena a costa de todo y pasando sobre todo, no le importa lo que diga la Constitución o las leyes, Antel Arena sí o sí. |
2. La segunda cuestión es: ¿debe el Estado gastar dinero en esto, o debe ser una tarea librada a los privados? Esta cuestión es muy subjetiva y depende incluso de las coyunturas históricas políticas y económicas. Ahora, lo que no puede pasar es que los jerarcas de turno utilicen los dineros públicos para caprichos personales y que al final lo termine pagando Juan Pueblo. El Antel Arena no debe ni puede impactar en lo mas mínimo en las tarifas que pagamos todos los uruguayos por las telecomunicaciones, si fuese así estaríamos frente a una obscenidad, ya que nos obligan a pagar un impuesto encubierto para construir algo sobre lo que ni siquiera se nos consultó. 3. El salvataje político. No hay duda que esto fue un salvataje político que logró la intendenta de Montevideo. Ahora nos tenemos que enojar por ello, al final del día lo que es bueno para Montevideo es bueno para nosotros, así que si bien fue un acto obsceno de salvataje, está bien y nos beneficiamos todos los montevideanos. 4. La legalidad. Este es el punto más complejo ya que el Frente Amplio ha actuado de manera incorrecta. El Frente Amplio quiere el Antel Arena a costa de todo y pasando sobre todo, no le importa lo que diga la Constitución o las leyes, Antel Arena sí o sí. Incluso la actitud de votar a tapa cerrada en la Junta Departamental fue lo que selló el destino de este proyecto, lo selló en el sentido de que saldrá en total soledad con votos frentistas y con todos los cuestionamientos de ilegalidad. En definitiva, con respecto al Antel Arena, si bien es algo bueno para Montevideo, creemos que el proceso de decisión y el proceso formal de concreción del proyecto ha sido lamentable, faltándole el respeto a toda la institucionalidad existente, motivado por una desesperación política porque el Frente Amplio en Montevideo cada día pierde más pie. Esta falta de institucionalidad es lo que lamentablemente vicia el proyecto de un olor amargo. Ojalá en Uruguay se hagan habitualmente este tipo de obras pero sin abusar de los dineros públicos y con el máximo respeto a los procesos institucionales correspondientes. || |
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