Recordando a Baltasar Brum |
Alfredo Gandulfo León |
«Espíritu indómito, inquieto y altruista», prefirió la muerte antes que la tiranía. |
El jueves 21de marzo el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado realizará un acto de homenaje a la figura de Baltasar Brum. Nuestra colectividad política no olvida jamás a los hombres que con su inteligencia, su visión de futuro y valentía escribieron gran parte de la historia de nuestro país. En el año 1889 fue enviado al Instituto Politécnico de Salto, donde se graduó de bachiller, a fines de 1903. Ese fue un año que marcó profundamente su vida, porque tuvo la oportunidad de escuchar, por primera vez, a don José Batlle y Ordóñez, en el memorable mensaje pronunciado desde Paysandú. En el año 1904 llega a Montevideo para comenzar sus estudios de Derecho, donde tiene oportunidad de seguir más de cerca la obra de aquel forjador del Partido Colorado. Fue integrante de la comisión directiva del Centro Asociación Estudiantil de Montevideo —que organizó el histórico Primer Congreso Estudiantil Americano— desde el 26 de enero de 1908. Formó parte de la delegación universitaria uruguaya a dicho evento, siendo electo primer secretario, una distinción realmente significativa. |
Firme en sus ideales de libertad y democracia, Baltasar Brum prefirió inmolarse ante la dictadura: «Si vivo, la dictadura durará veinte años, si muero, cinco». |
En el año 1909 emprendió viaje a Europa, donde estuvo varios meses. Retornó a Salto al año siguiente, donde instaló su estudio de abogado. Fue profesor de Filosofía y Literatura en el antiguo Instituto de Salto, convertido ya en liceo departamental. Desde muy joven se afilió al Partido Colorado, donde rápidamente se destaca por sus dotes de brillante orador, y como amplio dominador de la historia de su colectividad política y creador de modernas teorías sociales. El mejor recuerdo de su biografía está en el discurso que pronunciara en el salón de la Sociedad Francesa, donde la Convención del Partido Colorado proclamó la candidatura de don José Batlle y Ordóñez a la segunda presidencia de la República. Se lo designa el 30 de junio de 1913 ministro de Justicia e Instrucción Pública. Rápidamente pone en marcha distintas iniciativas, como la gratuidad de la enseñanza en todos los grados, la ampliación de locales para liceos, reformas de programas y métodos, creación de bibliotecas populares circulantes. Aspiró siempre a la descentralización. A la edad de treinta años es designado ministro de Relaciones Exteriores y luego asume como ministro del Interior, desde el 1º de marzo de 1915. Simultáneamente tuvo un breve pasaje como ministro de Hacienda, al cubrir por tres meses la ausencia del titular. El presidente Feliciano Viera lo nombra nuevamente secretario de Estado, en el Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1917 integró la denominada «Comisión de los ocho», con cuatro representantes de su partido y cuatro del Partido Nacional. Ahí actuó junto a los doctores Domingo Arena, Ricardo Areco y Juan Antonio Buero. El 5 de enero de 1918 la Convención del Partido Colorado, por moción de José Batlle y Ordóñez, vota por aclamación su candidatura a la presidencia de la República, a la que llega a los treinta y cinco años de edad. Fue director del diario El Día, junto a César Batlle Pacheco, durante seis años. Presidió el Banco Hipotecario, y también el Consejo Nacional de Administración. Baltasar Brum se retira a su domicilio, con la esperanza que la población repudie la violación de la democracia y la libertad, pero encontró que la respuesta fue la indiferencia. A la mañana siguiente, dos policías llegan a su hogar para comunicarle la orden de su arresto y encarcelamiento. Se resistió realizando dos disparos de revólver, al aire, a la vez que anunciaba que estaba dispuesto a matar y a morir. Tenia cuarenta y nueve años, y un dolor inmenso por lo que acababa de ocurrir con el advenimiento de la dictadura. Esperó hasta la tarde que lo vinieran a buscar y adoptó la trágica decisión. Salió decididamente a la mitad de la calle para clamar a viva voz viva Batlle, viva la democracia. Se dispara un tiro de revólver, a la altura del corazón. Se extinguía de esta manera una vida en su plenitud, la de un hombre que había brindado mucho a su Partido y a la patria, y que podía haber brindado mucho más. Firme en sus ideales de libertad y democracia, Baltasar Brum prefirió inmolarse ante la dictadura con estas palabras: «Si vivo, la dictadura durará veinte años, si muero, cinco». Hombre del Partido Colorado, que fuera definido desde niño como «un espíritu indómito, inquieto y altruista», prefirió la muerte antes que la tiranía. Se llamaba Baltasar Brum, ejemplo de lucha por la libertad, integrante de la escuela de José Batlle y Ordóñez y autor de las grandes reformas sociales del Uruguay, porque siempre pensó en el bienestar de su pueblo. |
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