Editorial Marzo 2013: «Respetar la dignidad» |
Liber Trindade |
La buena educación ha sido una característica de nuestro pueblo. Quienes venimos del interior recordamos que se saludaba a todo el mundo, con el mayor respeto a los mayores, a la policía, pero lamentablemente en el año 1985 se comenzó un triste camino de pérdida del respeto hasta llegar a nuestros días casi con una falta total. Discursos equivocados que alimentaban el libertinaje, la eliminación de los uniformes liceales, el uso incorrecto del idioma, hasta el lamentable y erróneo «todos y todas», que no es más que simple populismo que necesita alargar a varias horas los discursos, entonces agrega palabras simplemente redundantes para poder extenderlos, aunque en su contenido nada agregan o aportan. De esta manera han seguido haciendo cambios, siempre igualando para abajo, bajando todo nivel de exigencia, hasta el punto de que por estos días se reconoce que quienes ingresan a magisterio les cuesta bastante leer un texto, nada que decir del razonamiento, la sintaxis. Los alumnos de cuarto año de liceo en muchos casos apenas pueden escribir sus apellidos correctamente. Y cuando parecía que ya no había lugar para el asombro, más que esa situación en la que nos vemos rodeados en todo lugar posible de olor a porro, ahora además estos olores comenzarán a mezclarse con otros, ya que no se tomará como falta el hecho de orinar y defecar en la vía pública, por lo cual ya no nos va a llamar la atención el olor nauseabundo que se siente por ejemplo en las calles Juan Paullier o Joaquín Requena en su esquina con 18 de Julio. Jamás se ataca de fondo el problema, sino que se crea otro. Acá el tema es dotar a la ciudad de baños dignos, tanto para los vecinos de Montevideo como para otras tantas personas que por un motivo u otro tienen que transitar nuestra ciudad, que también es una situación que se repite en particular en ciudades fronterizas como el Chuy, por ejemplo, donde a diario llegan miles de personas por el circuito comercial. Basta recorrer una peatonal de la ciudad de Santiago de Chile para poder darnos de frente en el medio del camino con baños públicos totalmente equipados, hasta con ascensor, porque están bajo el nivel de la vereda, jabón, toallas, papel higiénico, una limpieza espectacular por $ 11 (once pesos uruguayos). En este camino se debe trabajar, pero mientras tanto se debe tener un plan inmediato alternativo. Todas nuestras avenidas tienen bares, restaurantes, y como es obvio no permiten el ingreso a quienes no sean clientes, sin embargo hay que transitar hacia el diálogo y la propuesta, estos deben prestar sus baños al público en general y el Mides, que es especialista en repartir plata por no trabajar, ya tiene el personal necesario para que limpie las instalaciones, debe convocar a beneficiarios de sus planes y suministrar los elementos básicos y en especial no le debe generar problemas al comerciante, porque quien limpie los baños deberá hacerlo responsablemente, con un verdadero control, pero no estará en la planilla del comercio bajo ninguna circunstancia. Pero de ninguna manera se puede en forma alegre simplemente lavarse las manos autorizando a orinar y defecar en la vía pública, porque por encima de todo hay que pensar en la dignidad humana. |
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