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En  la esquina de Martí y Berro los viernes nos encontramos con una feria, como en tantos otros puntos de la ciudad. En este caso sobre una de las esquinas vemos tres contenedores verdes de basura, uno de ellos sobre el cruce peatonal, dificultando la visión; el resto una típica feria, con puestos invadiendo el poco lugar que queda de circulación de los vehículos.

Pero pongámonos en el lugar de los vecinos, que deben sufrir estas ferias en la puerta de su casa, que deben soportar los ruidos desde tempranas horas, que se tienen que levantar en la madrugada para retirar sus vehículos de sus garajes o contratar en otro lugar garajes para dejarlos la noche anterior, durante toda la jornada mucha basura, olor a pescado,  entre otros tantos.

Imagínese cómo baja el precio de su propiedad por tener una feria en la puerta, además de que en Pocitos la contribución es muy alta.

Realmente lo que hace la Intendencia con estos vecinos es un atropello a sus derechos y deberían estar exonerados de contribución por tal ataque a sus intereses. Pero el tema de fondo no es una exoneración, sino que se debe buscar una solución definitiva a este tema, una solución digna de una ciudad desarrollada, no con gente tirada en la calle trabajando, librada al estado del tiempo, con vehículos de transportes en lamentable situación, que constituyen un peligro.