El último presidente de los Estados Unidos
Ed Vaghi

 

La historia oficial no es congruente con la cantidad extraordinaria de relatos que nos cuentan de una realidad muy diferente a la del dominio público.
 

Thomas Jefferson fue el tercer presidente de los Estados Unidos y ha sido calificado como uno de los más grandes presidentes de su país, aunque fue duramente atacado por su frase: «Creo que las instituciones bancarias son más peligrosas que un ejército. Si el pueblo americano alguna vez permite a los bancos privados controlar la emisión de la moneda, los bancos y las corporaciones que crecerán alrededor de ellos privarán al pueblo de su propiedad hasta que sus hijos despierten sin casa en el continente que sus padres conquistaron». Murió el 4 de julio de 1826, según la prensa, de un cáncer de próstata sin diagnosticar.

Se refería a un tema fundamental en la economía como es el valor del dinero y quién debería regular su circulación. Cada país tiene un banco central que se encarga de las tasas de interés y del control del suministro de dinero. Este organismo es responsable de emitir los billetes y su fabricación es controlada rigurosamente, por lo que si el Gobierno nacional tiene en la práctica algo tan delicado como lo es la impresión de la moneda en manos de una empresa privada, el bienestar de cada persona queda librado al azar según cuales sean los intereses de dicha empresa al emitir cada billete.

Es bastante insensato todo lo que sucede en el mundo y parece que es un pecado a esta altura de la historia de la humanidad «el bienestar», por lo que sin dudas estamos hablando de una persona con una visión extraordinaria, ya que lo que sucede hoy en el mundo y desde que el Banco Privado de la Reserva Federal de Nueva York existe, él lo predijo en 1803 con dicha frase.

Teniendo en cuenta que la historia la escriben y reescriben los poderosos, podemos desconfiar de ella, ¿no? La historia oficial no es congruente con la cantidad extraordinaria de relatos que nos cuentan de una realidad muy diferente a la que hoy en día es de dominio público.

Creo que las instituciones bancarias son más peligrosas que un ejército.

A finales de la Guerra de Secesión en 1864, Abraham Lincoln —quien a propósito fuera el detonador de dicho conflicto, ya que era defensor del abolicionismo y los estados del sur se sintieron perjudicados económicamente tras perder la mano de obra esclava—, redactó y publicó su famosa «Carta de Lincoln a la Nación». En una de sus frases afirmaba «tengo el presentimiento de que moriré a manos de un asesino», y más adelante decía «no es contra los americanos del sur solamente contra los que estoy luchando, sino también contra el Papa de Roma y sus pérfidos jesuitas». El 14 de abril de 1865, Abraham Lincoln fue el primer presidente asesinado en los Estados Unidos a manos de una conspiración.

Conocer el pasado ayuda a comprender el presente. Habiendo tantas enfermedades, guerras, pobreza y una deuda en la que todo país de este planeta está sumergido, se podría especular con que el mundo está en manos de Satanás. Pero en tal caso estaríamos haciendo referencia a un mito ya que solo en ellos es que surgen personajes ficticios, si se habla de historia nos referirnos a personas.
En 1913 estaba prohibido que capitales extranjeros se involucrasen en la banca estadounidense. Lo fue hasta que el senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto en el que la poderosa familia Rothschild, poseedora de capital alemán, quedaba facultada para unir su fortuna y objetivos financieros a la familia Morgan, dueña de la banca y junto a los Rockefeller, de incalculable riqueza. Ese mismo año, el senador Charles Lindbergh se opuso y expuso luego del proyecto ya aprobado: «Con esta ley se constituirá el consorcio más gigantesco de la Tierra. Cuando el presidente la firme, legalizará el gobierno invisible de los amos del mundo». Algunos analistas sostienen que como consecuencia de estas afirmaciones, su hijo fue secuestrado y asesinado.

Engañando al pueblo americano e infringiendo la Constitución de los Estados Unidos, el 23 de diciembre de 1913 el Banco Privado de la Reserva Federal (FED) adquirido por alrededor de trece familias se apoderó de los Estados Unidos. Un monopolio de la emisión de la moneda de manera de controlar toda la economía estadounidense y mundial.

Todo comenzó en 1910 en la isla Jekyll, de propiedad privada, cuando se reunieron durante nueve días unos hombres muy acaudalados. Después de los pánicos financieros de 1873, 1893 y 1907, que fueron resultado de operaciones de banqueros de Londres, era necesario crear una reforma monetaria para impedir que este tipo de situaciones de pánico fabricado artificialmente volvieran a suceder. Desde el pánico de la crisis de 1907 ningún diputado se atrevería a votar un proyecto que llevara la marca de Wall Street, era muy grande el resentimiento popular contra los banqueros. Para ello, se creó la Comisión Monetaria Nacional en 1908, cuyo secretario era Piatt Andrew y uno de los participantes de la reunión en la isla Jekyll. La reunión tenía como objetivo poner en marcha la reforma monetaria encargada a la Comisión Monetaria Nacional, que más tarde sería presentada al Congreso como si hubiera sido realizada por una comisión nacional. Paul Warburg (banquero alemán que se había unido a la casa bancaria Kuhn Loeb & Co., conocida como la representante de la banca Rothschild en Nueva York) advirtió a sus socios que era fundamental evitar el nombre de Banco Central, por lo que se decidió darle el nombre de Sistema de la Reserva Federal. Que nació con éxito tres años más tarde mediante una ley del Congreso. Desde entonces la nación y el mundo nunca volvieron a ser lo mismo, solo se beneficiaron los ricos y poderosos.
«Un banco central siempre impone una tremenda carga sobre la nación para “rearme” y “defensa” en orden de crear una deuda inextinguible; crea una dictadura militar simultáneamente y esclaviza al pueblo para pagar intereses sobre la deuda que los banqueros han creado artificialmente”. Eustace Mullins, quien dedicó su vida a destapar esta gran estafa, murió en 2010. La edición completa de 10.000 ejemplares de su libro Mullins on the Federal Reserve fue quemada en Alemania después de la caída del Tercer Reich.
Ningún banco central nacional es más poderoso en la actualidad que la Reserva Federal de Estados Unidos. Las acciones de la Reserva Federal se repartieron entre doce bancos, pero los verdaderos accionistas eran y siguen siendo los Rothschild, Lazard Freres (Eugene Meyer), Kuhn Loeb Company, Warburg Company, Lehman Brothers, Goldman Sachs, la familia Rockefeller y J.P. Morgan, entre otras. Trabajan junto con el Club Bilderberg, el Consejo de Relaciones Exteriores, el Club de Bancos Centrales del Mundo, el instituto Tavistok, quienes son expertos en control psicológico masivo televisivo, el FMI, el Banco Mundial, la CIA, el Pentágono, la Comisión Trilateral, la ONU, la OTAN, FONAC y varias entidades más…

Ninguna legislatura estatal puede remover ninguna de las leyes dictadas por los dueños de la Reserva Federal que beneficien a sus accionistas. Estos gobernantes emiten leyes por encima de las leyes de los Estados acerca de lo que será la tasa de interés, la cantidad de dinero emitido y el precio del dinero. La dictadura del dinero que estamos viviendo en el 2014 se decidió en nueve días, en la Isla Jekyll en noviembre de 1910.

Este colapso financiero que estamos viviendo es el resultado de dos fraudes enormes que estamos pagando hoy todos, el primero es el antedicho, en el momento en que estas familias de banqueros le quitan al Congreso y al Estado la facultad de emitir el dinero y se la adjudican a ellos con la creación del Sistema de la Reserva Federal y tan ilegal fue que lo hicieron cerca de la Navidad, cuando el consejo estaba de receso y ya había suspendido sus actividades. Jamás se ha dado que se apruebe una ley estando el consejo en receso, no obstante de un día para el otro el presidente Wilson firmó el acta de la Reserva Federal que ya había aprobado la cámara con los congresistas que estaban a favor de dicho fraude y que habían permanecido en Washington en esas fechas. Se dice que Wilson se fue a la tumba con gran arrepentimiento, declarando públicamente que lo que él firmó era el más grave perjuicio para el pueblo estadounidense. A partir de entonces la emisión del dinero se le dio a una entidad privada que tiene la facultad de emitir irresponsablemente todo el dinero que quiera y además pedirle intereses al Gobierno de Estados Unidos por el dinero que le suministra y cargárselo al pueblo con impuestos. La crisis del 29, la caída de la bolsa de Wall Street en 1929, es por su magnitud el mejor ejemplo de los ciclos de inflación-deflación de quienes controlan el sistema monetario.

El segundo gran fraude es a partir de 1971. Después de la Segunda Guerra Mundial se firman los acuerdos de Bretton Woods en 1944 (Bretton Woods son las resoluciones de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas) y los Estados Unidos le imponen al mundo su moneda como moneda de reserva. Y para facilitar el comercio internacional todos los bancos centrales de cada país deberían tener dólares que a su vez respaldaran la divisa local. Pero el acuerdo de Bretton Woods establece que los dólares estarían respaldados por oro, a 35 dólares la onza, por lo que cualquier país podría devolverle sus billetes y por cada 35 de ellos pedirle a Estados Unidos que le entregue una onza de oro. Ese era un sistema internacional que funcionaba «con la limitante que daba el oro». Lo que sucedió fue que a finales de los 60 los Estados Unidos empiezan a emitir mucho más dinero de lo que tiene en reserva de oro para financiar sus gastos de corrupción. A partir de ese momento la economía del mundo comienza a colapsar. Nixon en ese momento, en vez de devaluar el dólar, decidió no respetar los acuerdos de Bretton Woods y no respaldó más la moneda. Es a partir de entonces que el mundo está inundado de papeles que no tienen ningún valor, que no tienen reserva o sustento alguno. Digamos que los papeles o los dígitos bancarios no son nada, no valen nada, son solo dígitos de computadora. El dinero que emiten es dinero ficticio que se crea sin ningún problema y que pueden inyectar tantos trillones de dólares como les plazca porque no cuesta nada. Seguramente estemos viviendo el colapso financiero más grande de la historia, con el agravante que esos dólares que se emiten son para «rescatar bancos privados».

A la FED también se le conoce como «el cartel» de la Reserva Federal. Porque es una entidad privada e independiente la cual nunca pudo ser auditada, no tiene presupuesto y porque entre tantas otras cosas no es un banco, ni es una reserva ni es federal. Solo es un enorme fraude amparado por leyes. Más que oportuna la frase: «Dadme el suministro del dinero de un país y no me importa quién haga las leyes». Esta frase se la han adjudicado a varias personas, incluyendo a Rothschild.

Rothschild (Bower de apellido original) es también miembro del Club Bilderberg. Este grupo es una conferencia anual secreta a la cual asisten alrededor de 130 invitados. El grupo se reúne una vez al año y asisten banqueros, expertos en defensa, ministros de Gobierno, primeros ministros, financistas internacionales y líderes políticos. Se encuentran durante cuatro días y no permiten el acceso de la prensa. El propósito de los integrantes del Grupo Bilderberg es el petróleo y el gas natural del planeta, porque los que controlan el petróleo controlan la Tierra.
Por voluntad de estas familias se declaran guerras, se financian atentados terroristas, se generan enfermedades y se asesinan presidentes. Pero además exigen al presidente de turno lo que consideren necesario para sus intereses y si este no acepta provocarán su caída. Estas familias, junto a grupos que ejercen enorme poder, trafican con armas de destrucción masiva, desestabilizan naciones y Estados soberanos. Derrocan gobiernos, planifican asesinatos, encarcelamientos, torturas, desapariciones forzadas de personas, líderes políticos, periodistas y religiosos. Y como no tienen ejercito ni gobierno que esté por encima de ellos quedan siempre impunes. Los propietarios de la FED poseen más de la mitad del dinero que circula en el mundo, precisamente acumulado por el sistema de explotación impuesto a nivel global y por la incesante depredación de los recursos naturales y humanos. Son los dueños del mundo, un gobierno invisible, jefes del gobierno mundial, conformado por banqueros, financistas, petroleros, dueños de multinacionales y dueños de los medios de comunicación que forman los grandes monopolios.
El concepto de libertad está distorsionado. Más de 5 000 patentes confiscadas por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos fueron removidas del dominio público y muchas de ellas tienen que ver con la tecnología de la energía. Stanley Meyer fue asesinado tras inventar el motor de agua para automóviles. El Director de Tata Motors se suicidó justo antes de su lanzamiento de su coche a aire. Nikola Tesla ni siquiera aparece en los libros de historia, gracias a su ingenio podríamos tener energía libre, limpia, gratuita e inagotable. Su genial descubrimiento fue sepultado (junto con su descubridor).
Siempre nos controlaron, ejercen un poder absoluto sobre la humanidad mediante una infraestructura desarrollada a diseño la cual es ineludible para que el mecanismo de control de la humanidad funcione.

Carrol Quigley escribía en su libro Tragedia y esperanza: «La red de conspiración que mueve los hilos del mundo está formada por banqueros y capitalistas internacionales: es decir el alto mundo de las finanzas. Reúnen a su alrededor un ejército de científicos, tecnócratas, políticos y agentes marionetas, para hacer desde las sombras su alta política».

¿Por qué es necesario recordar al último presidente que tuvo Estados Unidos? Porque quiso transformar el mundo, se enfrentó al imperio que impedía el cambio y acabó asesinado.

John F. Kennedy acabó con el poder de la Banca o Reserva Federal a través de su orden ejecutiva 11110, la cual firmó para devolverle la potestad al Estado para que emita la moneda y poner fin al fraude de la Reserva Federal, a la guerra de Vietnam, al imperio de la CIA, y lo mataron. Unos meses después el presidente que lo sustituye firma nuevamente para que la banca (FED) continúe gobernando al mundo.

Hay diversas razones por los cuales Kennedy fue asesinado. Estas están relacionadas con la guerra de Vietnam, con el Banco de Reserva Federal, con las sociedades secretas y con la Iglesia Católica. El origen de la guerra de Vietnam ha sido explicado y relatado cientos de veces, aunque no se ha mencionado mucho acerca del rol que desempeñó la Iglesia Católica junto al Vaticano, su socio diplomático. No se trata de un tema de especulación sino un hecho que fue la principal promotora en el origen del conflicto vietnamita.

Otro motivo por el cual Kennedy fue asesinado fue su famoso discurso en donde se declara en contra de cualquier sociedad secreta y a favor de la libertad de prensa. Kennedy demostró ser realmente un héroe, que fundó sus valores y acciones en la justicia y solidaridad para con su gente. Siete días antes de su asesinato expresó: «Hay un complot en este país para esclavizar a cada hombre, mujer y niño. Antes de que yo deje esta alta y noble oficina tengo intención de exponer este complot».

El asesinato descarado del presidente Kennedy a plena luz del día en las calles de Dallas envió un mensaje escalofriante a la élite de Estados Unidos. Los políticos Lyndon Johnson y Richard Nixon enseguida percibieron que JFK fue víctima de una gran conspiración. Le aseguraban al público que Oswald había actuado solo y que el caso estaba cerrado. También fue muy traumático para el ciudadano que vio cómo la máxima autoridad de su país podía morir asesinada sin mayor inconveniente. Y más aún que se trataba de un presidente especialmente muy querido por toda su gente. Fue un momento sumamente dramático en la historia de Estados Unidos.

Todos los presidentes que le sucedieron a Kennedy han sabido lo peligroso que resultaría hacerle frente a los pilares del poder de Estados Unidos, el complejo de seguridad nacional y la industria de la energía.

JFK fue el último presidente en desafiar a este enorme e invisible poder y pagó con su vida.

Robert, su hermano y más fiel seguidor también le hizo frente estas fuerzas, enseguida sospechó que esta peligrosa alianza entre la CIA y la mafia se había vuelto contra su hermano. Al poco tiempo fue asesinado.

El complot contra JFK fue orquestado por expertos y tenía todas las características de una operación de inteligencia muy sofisticada. David Talbot, cuando tenía dieciséis años, trabajaba como voluntario para la campaña de Robert Kennedy y fue testigo en la noche en que le dispararon con ocho balas de calibre 22. En una entrevista con el diario El confidencial expresó: «La conspiración como un drama épico americano. Y hay mucho de gran tragedia, porque es la historia de dos hermanos provenientes de la élite que quisieron transformar el mundo, se enfrentaron a las fuerzas que impedían el cambio y acabaron asesinados».

El asesinato de los hermanos Kennedy y de otros grandes líderes como Martin Luther King Jr. les quitó a los americanos la confianza de su futuro.

En el 2007, Aaron Russo, quien era un famoso director de cine, luego de haber entablado una relación de amistad con un Rockefeller (fundador de la FED y miembro del club Bilderberg), decidió confesar por qué su amistad fracasó y dio datos muy importantes acerca sus futuros objetivos. Siete meses después de esta entrevista murió misteriosamente de cáncer.

En dicha entrevista afirma que Rockefeller le contó por ejemplo cómo iba a desarrollarse el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, la invasión a diferentes países y el proyecto de ley de reforma de salud anunciado por Obama, que contempla la obligatoriedad del microprocesador subcutáneo, el microchip. «Los seres humanos implantados pueden ser rastreados en todas partes. Sus funciones mentales pueden ser monitoreadas a distancia mediante supercomputadoras e incluso se las puede alterar modificando sus frecuencias. En los experimentos secretos se han incluido, como conejillos de indias, a prisioneros, soldados, pacientes enfermos mentales, niños discapacitados, personas sordas y ciegas, homosexuales, mujeres solteras, ancianos, niños en edad escolar, y cualquier grupo de personas consideradas “marginales” por los experimentadores de élite. Las experiencias publicadas realizadas con reclusos en la prisión estatal de Utah, por ejemplo, son alarmantes. Los microchips actuales funcionan por medio de ondas de radio de baja frecuencia que permiten rastrearlos. Con la ayuda de satélites, la persona implantada puede ser localizada en cualquier parte del planeta». Rauni Leena (doctora en Medicina, exministra de Salud de Finlandia), 6 de diciembre de 2000.

Años más tarde el excongresista norteamericano Ron Paul llamó a sus conciudadanos a firmar una petición en su sitio oficial en Internet solicitando que se brinde asilo al excolaborador de la CIA, Edward Snowden, quien entregó a los medios de comunicación documentos secretos sobre el programa de seguimiento que llevan a cabo los servicios secretos norteamericanos y británicos: «El exempleado de la CIA Edward Snowden afirmó que no quiere vivir en un mundo en donde absolutamente todo está registrado, monitoreado y controlado». Conocía las consecuencias que tendrían sus actos, ya que Estados Unidos le contaría al mundo entero que cometió hechos criminales, que vulneró la ley de espionaje y que ayudo al «enemigo» luego de hacerse públicas dichas revelaciones.

Ron Paul, médico y congresista del gobierno de Estados Unidos y crítico de la FED, FMI y del Banco Mundial, también explicó públicamente sobre un virus conocido como la gripe porcina (swine flu) A-H1N1, que fue creado en una base militar. Ante esta situación, que fue exagerada para aterrorizar a la población para así justificar la vacunación a las personas en masa, solo dos congresistas estaban en contra de todo este movimiento, incluyendo al Dr. Ron Paul. Después de aplicarlas murieron más personas vacunadas que de la propia enfermedad.
El exministro de defensa de Canadá le contó al mundo entero parte de la información que divulgó Snowden a los medios y expresó en su relato que todos tenemos el derecho a conocer la realidad.

Karen Hudes, quien es graduada de la escuela de leyes de Yale y trabajó en el departamento legal del Banco Mundial durante veinte años, fue despedida por revelar información sobre la corrupción dentro del Banco Mundial, su puesto era el de asesora jurídica superior.

«24 de mayo de 2013. La exasesora principal y personal de confianza del Banco Mundial, Karen Hudes, afirma que el sistema financiero mundial está dominado por un pequeño grupo de personas corruptas, hambrientas de poder centradas alrededor de la Reserva Federal de Estados Unidos, que es propiedad privada. La red tiene el control de los medios para encubrir sus crímenes, explicó Hudes. En una entrevista con The New American, Hudes dijo que cuando ella trató de dar la alarma sobre los múltiples problemas en el Banco Mundial, fue despedida por sus esfuerzos. Ahora, junto con una red de compañeros denunciantes, Hudes está decidida a denunciar y poner fin a la corrupción.

»La Reserva Federal está en todo el centro de la red y el encubrimiento, continuó Hudes, citando a un órgano de control que incluye a altos funcionarios del gobierno y la reserva. Banqueros centrales también han estado manipulando los precios del oro, añadió. De hecho, aún los inexactos estados financieros del Banco Mundial que Hudes ha tratado de exponer están relacionados con el banco central de Estados Unidos, dijo».

Fuimos educados desde niños para rechazar la duda, así como fuimos clasificados y calificados por la sociedad. Atacamos severamente a quien no sea debidamente clasificable ya que pone en duda nuestras confortables estructuras mentales. El desinterés permite que los errores se perpetúen ya que reduce masivamente la crítica de personas que cambian las estructuras. Solo la verdad nos hace libres. ||

 
 
 
 
 
 
 
 
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