El viernes 2 de mayo vencía el plazo para registrar las listas que competirán en las elecciones internas de los partidos del 1º de junio. Colorados, blancos y frenteamplistas registramos centenares de opciones, respondiendo a la lógica de esta contienda, que es actualizar el mapa de fuerzas al interior de cada colectividad. Yo trabajo hace veinte años en temas de gobernabilidad democrática por todo el continente, y puedo asegurar que esta rutina uruguaya de internas partidarias, con todos los peros que puedan señalársele (que los tiene), es un modelo de referencia que destaca con brillo entre sus pares. Las internas uruguayas, además, son el primer hito de un proceso, al cabo del cual se habrán renovado las autoridades partidarias, pero también las nacionales y las departamentales. Enfatizo «proceso», porque el resultado de las internas impacta directa y decisivamente en la configuración de las candidaturas para presidente, senadores, diputados e intendentes.
Todos contra todos
La naturaleza de las internas es ser competitivas: cada tribu, cada toldería, cada cacique y cada indio está peleando por su lugar para los próximos cinco años. Después viene la reconstrucción de la unidad partidaria, en virtud de las razones y emociones que otorgan sentido a las colectividades, recalibradas en sus matices por la única moneda que vale en el mercado democrático, que son los votos. En este escenario de alta y legítima competencia, inclusivo y enriquecedor, no caben las listas únicas, salvo en los colectivos muy reducidos, o en circunstancias muy excepcionales. Este último es el caso del Partido de la Concertación.
La lista única de la Concertación
El Partido de la Concertación es el instrumento político que estamos construyendo, el Partido Colorado y el Partido Nacional, para votar bajo un mismo lema en las elecciones departamentales de 2015 en Montevideo, y así estar en condiciones de enfrentar con éxito a la vieja coalición que hace un cuarto de siglo que mal gobierna el departamento. Ni colorados ni blancos tenemos vocación de partidos testimoniales; queremos ganar el gobierno, para transformar la realidad. Y en las presentes circunstancias, en Montevideo, ello solo parece posible a través de la acumulación de fuerzas/votos. Este concierto no es meramente electoral: hay también razones y emociones compartidas que nos vinculan entre nosotros y nos separan del Frente Amplio. Las hay, tras 180 años de feroces disputas, la mitad de ellos en los campos de batalla, empezando por Carpintería. |
Para eso y solo para eso
Ahora: para constituir este nuevo lema o partido (ambos vocablos son sinónimos en nuestra legislación), la Concertación debe presentarse en las elecciones internas y consagrar a sus autoridades con el voto de al menos 500 ciudadanos. Esta instancia es indispensable para perfeccionar el registro del nuevo lema y poder comparecer en las elecciones departamentales de 2015. A esos efectos, pues, y solo a ellos, es que el Partido Colorado y el Partido Nacional confeccionaron una lista común, compuesta naturalmente de ciudadanos colorados y blancos. A estos efectos, y solo a ellos, es que imprimiremos 1 000 ejemplares de esa lista, y los distribuiremos entre los correligionarios que han asumido esta responsabilidad, renunciando a votar a los candidatos partidarios de su preferencia, para contribuir a completar este proceso fundacional, que no es exagerado calificar de histórico. La comparecencia del Partido de la Concertación en las elecciones internas, pues, no es competitiva, sino pactada, y no tiene otro propósito que hacer posible la utilización de este nuevo lema común en las departamentales de 2015, objeto para el que fue creado. Así, los ciudadanos colorados y blancos que resulten electos convencionales por el Partido de la Concertación, lo harán en nombre de sus colectividades de origen, con un doble compromiso expreso y anticipado: (1) decretar la abstención del Partido de la Concertación en las elecciones nacionales de octubre-noviembre, y (2) proclamar a los candidatos a intendentes que resulten nominados por las convenciones de los partidos fundadores. (En el Partido Colorado esta decisión ya fue procesada, y será el Dr. Luis Alberto Ney Castillo quien nos represente; en el Partido Nacional, quien está haciendo todos los méritos para alcanzar la nominación es Jorge Gandini). Así se hará, a puro esfuerzo de organización partidaria. Los comunes mortales, mientras tanto, podemos votar en las internas con exclusiva atención a nuestras simpatías sectoriales. ¿Podemos? ¿Y qué pasa «el día después» de las internas con la Concertación?
Tarea de concertantes
Descontado que presentamos la lista común y cosechamos los 500 votos de ley, respecto a la Concertación lo importante es lo que sigue después de las internas. Y me apresuro a confirmar que está todo por hacerse. Para que la Concertación dé los frutos que de ella se esperan, tenemos que desarrollar en profundidad un programa común (sus líneas maestras fueron presentadas al registrar el nuevo lema en la Corte, pero no alcanzan para gobernar). Además, tenemos que engrosar los cuadros técnicos y conjugarlos con los cuadros políticos. Además, tenemos que desarrollar un protocolo de funcionamiento, primero para las campañas que se avecinan, y después para el ejercicio del gobierno concertado. Además, tenemos que ganar (colorados a blancos, blancos a colorados, y juntos al Frente Amplio). Menudas tareas que, además, deben desarrollarse en doble vertiente: en cada uno de los partidos concertantes (en lo que nos interesa, en el Partido Colorado) y en los espacios concertados que se instituyan. ¿Quién está en mejores condiciones para llevar adelante esos hercúleos trabajos? Yo digo que aquellos que apoyamos con entusiasmo y con convicción el proceso que hizo posible llegar hasta este punto. Y habrá otros, pero el que, con el mandato del Comité Ejecutivo colorado, se puso al hombro y llevó hasta buen puerto las negociaciones por la Concertación, fue Ope Pasquet. Y habrá otros, pero desde estas columnas, y desde cuanta tribuna, casa de familia, desayuno de trabajo o cajón de feria se nos puso a mano, nos dedicamos sistemática y machaconamente a promover la iniciativa. Creo, pues, sin falsos remilgos, que exhibimos las mejores credenciales y ofrecemos las mayores garantías para defender y consolidar este proyecto político desde el Partido Colorado.
Votar por el Partido Colorado y votar por la Concertación
Ato ahora las dos moscas por el rabo: en las internas se votan candidatos presidenciales, convencionales nacionales (que preconfiguran las preferencias para senadores y diputados) y convencionales departamentales (que junto a los anteriores, conformarán las nuevas autoridades partidarias). En las internas no se vota por el Partido de la Concertación, en cuanto su comparecencia es pactada, y es tarea de las organizaciones partidarias asegurar la emisión de los 500 votos que hagan posible el perfeccionamiento del registro del nuevo lema. Pero hay un modo de combinar el voto al Partido Colorado y al Partido de la Concertación, que es votando a los candidatos colorados que más visible y vigorosamente patrocinan la idea de la Concertación, para que la hagan valer en los espacios partidarios reconfigurados, en los espacios concertados que se constituyan y, a la postre, en las elecciones departamentales de mayo de 2015. Hablando en plata: vote a Pasquet en la 1085 nacional, y vote a Manzi en la 185 departamental de Montevideo, y estará votando a colorados probados que, además, aseguran cabalmente la concreción exitosa de este esfuerzo gigantesco que es el Partido de la Concertación. Un verdadero y novedoso doble voto simultáneo. || |