Aftosa, corralito y el 5 de oro |
Felipe Caorsi |
El criticado Gobierno del Dr. Jorge Batlle y los índices de la Economía. |
Es recurrente por parte de algunos dirigentes del Frente Amplio criticar la gestión del último Gobierno colorado, presidido por Jorge Batlle entre el 1° de marzo de 2000 y el 1° de marzo de 2005. Fotos de niños comiendo pasto o números traídos de los pelos vuelven a ser parte del discurso en este año electoral. Por otro lado, blancos, colorados y algunas figuras de la izquierda han reconocido la gestión de Batlle en esos años, especialmente la forma en que se enfrentó a la crisis más dura que le ha tocado vivir al país en toda su historia. He decidido arrojar un poco de luz a este tema aprovechando la bondad que tiene la Economía de usar índices universales que alejan las subjetividades. El 25 de abril de 2001 se detectaron veintidós focos de aftosa en el Uruguay. Nuestro país gozaba de la certificación de «país libre de aftosa sin vacunación», lo que nos había permitido entrar a los mercados más exigentes y aumentar el cupo de colocación de nuestra carne. Automáticamente perdimos la certificación, mercados, y nuestras exportaciones cayeron en un año 10 % (fuente Ministerio de Relaciones Exteriores [MRREE], dólares). Siete meses después (29 de noviembre de 2001) se desencadena la crisis argentina que trae el «corralito» y la renuncia del presidente Fernando de la Rúa un mes después (20 de diciembre). La mayoría de los depósitos de no residentes en Uruguay era de ciudadanos argentinos. De a miles llegaban estos a retirar sus depósitos ya que no podían acceder a sus cuentas en su país. El contagio fue inmediato. El 24 de julio de 2002 se declara feriado bancario, se cambia de ministro de Economía y directorio del Banco Central del Uruguay (BCU), la «ayuda» por parte del BCU a los bancos República, Comercial, Caja Obrera y Montevideo ya no era suficiente. |
Estos dos últimos gobiernos no tuvieron ni aftosa ni contagio de crisis argentinas. |
Alejandro Atchugarry, como ministro de Economía, logra que se apruebe la «Ley de Fortalecimiento del Sistema Bancario». Un equipo uruguayo integrado, entre otros, por quien sería el próximo ministro de esa cartera, Isaac Alfie, negocia en Estados Unidos un préstamo puente, que tenía como principal cometido dar imagen de solvencia frente al mundo. La delegación uruguaya se aprestaba a salir al aeropuerto de Washington con las manos vacías cuando se escucha una frase en la embajada uruguaya: «¡No se vayan! ¡Taylor es de Peñarol!». El ministro de Hacienda norteamericano le había pedido a John Taylor (presidente del Tesoro) que ayudara al Uruguay y fue así que los Estados Unidos finalmente prestaron USD 2.000: al Gobierno uruguayo. Comienza un proceso de crecimiento en la economía que no ha parado hasta el día de hoy. Las exportaciones uruguayas crecieron desde 2003 hasta 2005 un 53,6 %. El Uruguay capitalizó la suba de demanda de alimentos por parte de Estados Unidos, Europa y China. Recordemos que las retenciones a los productores argentinos y el dólar oficial hicieron que muchos productores del país vecino vinieran a invertir a nuestro país, especialmente a plantar soja. El aumento de la actividad agropecuaria fue del 13 % del 2003 al 2004. El PBI comenzó a crecer a tasas del 8 % anual. Para marzo del año 2005 el déficit del sector público era 1,9 % del PIB habiendo aumentado el superávit primario desde 2003. Hoy el mismo se encuentra en un 6 % del PBI, la deuda externa se ha duplicado (11.000 a 21.000 millones de dólares) y la inflación ha pasado del 4 % al 10 %. A diferencia del Dr. Jorge Batlle, estos dos últimos gobiernos no tuvieron aftosa ni contagio de crisis argentinas. Los precios de la carne y de la soja son mayores al doble de lo que eran en marzo del 2005. Pese a eso el Uruguay ya no crece a tasas del 8 % y para bajar el índice de inflación se debe de recurrir a bajar un ítem de la canasta que mide el mismo, el 5 de Oro… || |
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