La capital del virreinato y el puerto de Montevideo |
Felipe Caorsi |
Un poco de historia y las medidas contra nuestro puerto y exportaciones. |
La ciudad Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre fue elegida en 1776 como capital del virreinato del Río de la Plata. La razón era simple, su puerto abastecía un amplio mercado, que sería el equivalente hoy a la Argentina, Paraguay y parte de Chile. Con el Reglamento de libre comercio de 1778, el puerto de Buenos Aires pudo comerciar con España y toda la América española. Sin embargo, por su fondo lodoso, en sus muelles no podían amarrar buques de gran calado. Montevideo sin embargo poseía un puerto natural con fondo de piedras, con lo cual se transformó en el principal puerto de la zona. La mercadería llegaba a Montevideo, pagaba impuestos por su estadía en el puerto y seguía para Buenos Aires. Mucho ha pasado desde 1814 en que desaparece definitivamente el virreinato del Río de la Plata. Juan Manuel de Rosas, por ejemplo, utiliza como excusa la guerra civil de 1836 e invade el Uruguay. La Guerra Grande le costaría muy cara al «Restaurador», quien había sometido a las provincias argentinas bajo el poder de Buenos Aires. Rosas era partidario de que todo el comercio de la Confederación Argentina pasase por Buenos Aires. Juan Domingo Perón en su primer gobierno declararía que el Uruguay al haberse independizado no tenía derechos sobre el Río de la Plata y que éste era un río argentino. Algo así como que los independentistas orientales se llevaron la tierra y no el río. Finalmente esto fue enmendado en el Tratado del Río de la Plata, firmado el 19 de noviembre de 1973. El 30 de octubre pasado se conoció una disposición de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de Argentina donde se expresó que dentro del ámbito geográfico de los países que integran el Mercosur las cargas de exportación originadas en puertos argentinos «únicamente podrán ser transbordadas en otros puertos de jurisdicción nacional o en puestos de los Estados parte del Mercosur y sus Estados asociados que mantengan acuerdos vigentes de transporte marítimo de cargas con la República Argentina». Casualmente Uruguay no tiene este tipo de acuerdos con el gobierno de Cristina Fernández. Sumémosle a esta medida las restricciones y demoras que enfrentan las mercaderías uruguayas para ingresar a Argentina, especialmente desde la aparición de Guillermo Moreno. En el 2012 la Argentina era el cuarto mayor mercado de colocación de nuestras exportaciones con un 5,73 %, siendo ya un 15 % menores a lo exportado en 2011. Para el 2012 se importó de la Argentina el 18,89 % de todas las importaciones uruguayas, ocupando el primer lugar. Ciudades como Juan Lacaze están viendo cerrar sus empresas ya que su mercado principal era el argentino. Esta última medida vigente desde el 7 de noviembre pasado y sus efectos se han hecho notar, las dos terminales del Puerto de Montevideo han disminuido su actividad considerablemente, aguardamos cifras oficiales pero se habla de miles de contenedores en noviembre y diciembre. Recordemos que muchas líneas marítimas de primer nivel tienen a Montevideo, hoy uno de los veinte puertos más grandes del mundo, por ser trasbordo de Buenos Aires. Es de sentido común creer que alguna deje de venir. Para el presidente José Mujica, la medida que afecta directamente el puerto de Montevideo fue creada como castigo a nuestro país por el aumento de la producción de UPM. Y en eso quedó todo, no ha habido una respuesta firme por parte de la cancillería al respecto. Se presentó una tibia queja en la Organización Mundial de Comercio sin tener respuesta. La «afinidad ideológica», la «sana envidia» que tiene la primera dama por la «cámpora argentina» y las llaves de la ciudad de Montevideo entregadas a Cristina Fernández no han logrado nada bueno. Una vez más la capital del virreinato nos somete, pero esta vez no hay nadie de este lado del río que le haga frente. || |
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