Incautos
Liber Trindade
 

¿Se les dará una explicación a los que participaron solidariamente en la campaña «El Bufandazo», a beneficio del INCA (Instituto Nacional del Cáncer), ahora que la nueva directiva de esta institución impide la comercialización de las bufandas donadas, tal como estaba previsto originalmente?

Esta semana fuimos al Instituto Nacional del Cáncer (INCA), el que estuvo toda la semana en los titulares de prensa por las denuncias de su mal funcionamiento. Nos interesaba saber qué pasó con el trabajo que hicieron de confeccionar la bufanda más larga del mundo. Al ingresar nos encontramos con la habitación donde atiende la asistente social, una señora de unos sesenta y cinco años, a quien, según pudimos ver, literalmente se le está cayendo sobre la cabeza el revoque que se desprende y los azulejos que caen sobre una silla, lo que habla a las claras de que el mantenimiento que se debe llevar adelante es inexistente.

Para refrescar un poco la memoria, les contamos que a inicios del año 2010 se comenzó la campaña en apoyo al INCA para juntar bufandas para unirlas y lograr certificar la bufanda más larga del mundo, que se presentó en el Hipódromo de Maroñas el 18 y 19 de setiembre de 2010. Ese día se lograron unir 50 km de bufandas, se abrieron los primeros rollos y la escribana certificó 24 km. Al día siguiente justo llovió y tuvieron que hacer el esfuerzo de recuperar todo ese material mojado y con arena. El récord anterior era de otro país, de 6,5 km de bufandas unidas.

Este material se juntó con el esfuerzo de todo el país, en especial del Interior, donde estuvieron los voluntarios que enviaron más cantidad. A esta campaña se la llamó «El Bufandazo» y tuvo el apoyo de Red Pagos, Maroñas Entertainment y Roche, junto a la colaboración de ASSE, Ipusa, Club de Golf, Defensor Sporting, Club Carrasco Lawn Tenis, MP, Multicanal, Remises Arocena, Chivas, Movistar y Montevideo Shopping.

Ahora bien, el objetivo de esta actividad era vender luego las bufandas a unos veinte pesos para obtener recursos para donar al Instituto y poder comprar un vehículo para transportar a los pacientes en distintas actividades, en especial de recreación. La venta se comenzó a realizar y llegaron a juntar unos 7.000 dólares que están depositados en la cuenta de la Comisión de apoyo, hasta que este año se hizo el cambio de directorio del INCA y este prohibió la venta de estas bufandas porque no pueden usar el nombre del Instituto para tal fin. Se puede decir que a partir de allí fueron confiscadas las bufandas, siendo depositadas en una de las habitaciones que pudimos apreciar, con humedad, con un tablero de luz abierto en no muy buenas condiciones junto a todo este material arruinándose que llega hasta el techo. Me indicaron que hay otro recinto de unos cinco metros de ancho por diez de largo, también repleto con los rollos de estas bufandas; en otro sector pude apreciar las que pudieron rescatar, que voluntarias en iglesias cosen para armar mantas. Destaco un rollo que vi, en el que en forma artesanal tejieron los nombres de todos los integrantes de la selección uruguaya, y otro que luce la bandera uruguaya.
Todo fue donado, todo hilvanado, 50 kilómetros, unas 50.000 bufandas unidas por voluntarias, señoras de noventa y cuatro años dando una mano, hasta el ejército participó para transportar todo este material.

Habían tenido inclusive un stand en el Shopping de Tres Cruces en las vacaciones de invierno para vender las bufandas, estaban organizando para vender en la vereda sobre 8 de octubre, pero al llegar la nueva directiva les dijo que no podían vender nada en nombre del Instituto ni de ASSE. Ahora imaginemos qué puede sentir toda la gente que ha trabajado por esta causa, que dedicó horas y horas de su tiempo por una causa noble, que ha estado días y días clasificando todo el material que llegaba. Qué pueden pensar todas las agencias de transporte que sin cobrar trajeron desde todos los puntos del país las donaciones.

Por qué están trancando todo esto, si ASSE ayudó en su momento, lo hizo el director de usuarios, estuvieron en el acto central y vendieron bonos, prestaron su cartel, Antel también participó en el Día del Patrimonio, ¿quién se hace responsable de explicar públicamente qué esta pasando con este tema?

Sin duda esto parece ser una perla más que se suma a todas las denuncias que se han presentado en estos últimos días mediante la prensa. Ojalá se haga algo definitivo con este tema, porque el mensaje no es bueno para un pueblo solidario que siempre apoya para dar una mano a los más necesitados, ni para las empresas las que también vuelcan importantes cifras para hacer realidad tantos proyectos que todos conocen y que a la larga terminan haciendo el trabajo del Gobierno.

 
 
 
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