Guantánamo y el proceso electoral uruguayo |
Jorge Castro Latorre |
El presidente agitó las aguas una vez más con la noticia de la venida de algunos presos de la cárcel de Guantánamo. |
Cada día que pasa nuestro país es sacudido por las noticias que el propio presidente de la República José Mujica va generando, sin dudas que es todo un personaje, más allá de las preferencias personales que cada uno tenga a favor o en contra de sus acciones y dichos, y la pasada semana una vez más se agitaron las aguas con la noticia publicada en el semanario Búsqueda sobre las conversaciones del presidente con el Gobierno de los Estados Unidos para aceptar la venida de cinco de los detenidos en Guantánamo a nuestro territorio. Y ardió Troya, el grito en el cielo de todos los opositores al Gobierno, los precandidatos a cual más enojado y pidiendo explicaciones, todos, pero todos queriendo arrimar unas gotas más a sus menguados molinos electorales, donde las encuestas un día sí y otro también siguen mostrando al Frente Amplio por encima del 40 %, lo que puede presagiar seguramente una segunda vuelta, pero no necesariamente la pérdida del Gobierno. Mucho grito, demasiado y muy poco razonamiento, es lo que veo, y por qué digo esto, pues si Mujica formaliza el acuerdo, cosa muy probable, estaría bien que así lo hiciera. |
El Uruguay tiene una muy larga tradición en materia de refugiados, ya desde principios del siglo pasado. |
El Uruguay tiene una muy larga tradición en materia de refugiados, ya desde principios del siglo pasado don José Batlle y Ordóñez acogió a numerosos anarquistas, quienes en aquellos tiempos eran señalizados como los terroristas hoy. Supimos también acoger en nuestro territorio a don Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA y destacadísimo político peruano, a Janio Cuadros, a Joao Goulart, y a grandes corrientes migratorias de ciudadanos judíos, armenios, a los argentinos que el general Perón perseguía en Argentina, a muchos republicanos que desde España cruzaban el Atlántico en busca de salvar sus vidas que corrían peligro cierto en el franquismo. ¿De qué nos asustamos hoy? ¿A qué le tememos, al terrorismo? ¿Ese terrorismo que negamos de las informaciones que provienen de los Estados Unidos? Deberíamos de recordar que todo el movimiento islámico nace de los territorios palestinos ocupados, y que muchos de quienes atentaron contra las Torres Gemelas provienen de Afganistán, territorio militarmente ocupado por Rusia, luego pisoteado por la dictadura de los talibanes, y nuevamente invadidos por los americanos y las fuerzas de la OTAN, por lo que bien podríamos decir que cada uno de ellos lucha por sus países ocupados, por sus naciones, su religión, su modo de vida, que nos guste o no es resorte de ellos, y Occidente no tiene por qué, o no debe imponer su estilo de vida. Cuando se habla de la legalidad de la acción de Mujica, se olvidan de que Estados Unidos violentó toda la legislación internacional con la cárcel de Guantánamo, e inclusive las propias leyes internas de la nación del Norte y en un acto de humanidad, sí aceptar la llegada de los terroristas a nuestro suelo. Pero la presión de los tiempos electorales hace reacciones que al grito pretenden cobrar todo y no se razona adecuadamente, y recuerdo el caso de la ocupación de la residencia del embajador de Japón en Lima, cuando los terroristas del MTRA [Movimiento Revolucionario Túpac Amaru] ocuparon la casa donde se encontraban más de ciento veinte invitados, a los que secuestraron durante semanas, y de allí el embajador uruguayo Tabaré Bocalandro se fugó, cuando en realidad no solo no se fugó sino que fue «canjeado» por terroristas que llegados a Uruguay tuvieron el estatus de refugiados y viven hoy entre nosotros. Es evidente que realizado el acuerdo entre los Gobiernos, es fácilmente deducible que los organismos internacionales como ACNUR [Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados] otorgarían las documentaciones pertinentes, y muy bien que después de estar todo terminado al presidente José Mujica se le podría achacar su doble discurso, su permanente batallar contra el Imperio y sus acuerdos con él, su charlatanería contra el capital y los empresarios y sus invitaciones al Conrad a ruedas se negocios, o los asados en el Quincho de Varela, su decir una cosa y hacer otra, sus permanentes marchas y contramarchas, el decir que son lagarteadores quienes se oponen a la venta de las arenas del Polonio, o esquilmar el territorio con Aratirí. Y ni que decir que el propio Tabaré Vázquez, que también apoya a Mujica, podría salir fuertemente herido, y los votantes frenteamplistas de las primeras horas que se encuentran desnorteados con las acciones de Mujica, y los desencantos que les provoca. El Frente Amplio está haciendo todo lo posible por perder la próxima elección, pero la oposición está haciendo todo lo posible por no ganar, y mientras esto sucede, la inflación sigue en aumento, los salarios no alcanzan, cierran empresas, el turismo fue un absoluto fracaso, la educación sigue a los tumbos, la inseguridad hace estragos la tranquilidad de la población, las cárceles cada día se siguen llenando más con población más joven, más pobre, y más mujeres, signo inequívoco de las malas políticas que el Gobierno del Frente Amplio en estos años viene llevando a cabo, privilegiando el no te metas, no hagas, dejá que labure el otro, y que siga sosteniendo la fiesta la clase media, la que más trabaja, la que se esfuerza, la que en definitiva termina pagando todos los desmadres de las nefastas políticas que se están llevando a cabo… Que vengan los prisioneros de Guantánamo, tiempo habrá de cobrar los errores del presidente y de su partido en el Gobierno. || |
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