| Demoliendo el pasado reciente |
| Editorial octubre 2013 | Liber Trindade |
En los últimos años he visto con asombro cómo el pabellón nacional a veces está y a veces no, no hay ningún criterio, lo podemos ver ya entrada la noche, pero muchas mañanas incluso a pleno sol no. Es como que el protocolo no existe. A veces hasta luce desgarrado. La plaza donde debe lucir impecable se viene usando año tras año para armar un tablado en verano. Dicen que por la plata baila el mono y el último año fue usada para estacionamiento provisorio, mientras se construía la ampliación del shopping Tres Cruces. El contrato incluía una cláusula por la cual el shopping debía aportar algunos cientos de miles de dólares para su recuperación. Se realizó un concurso de ideas, pero un cambio que debía incluir quedó dejado de lado, la creación de estacionamientos subterráneos. La misma intendenta Ana Olivera, cuando la entrevistamos en su despacho en nuestro programa Montevideo contigo [http://youtu.be/3RCPfxYYNls], nos dijo que no había interesados en explotar esos estacionamientos. Pero de ser así, la propia Intendencia, que ha tirado y derrochado plata sin ningún pudor —por ejemplo plantando cada mes miles y miles de flores en los canteros de Bulevar Artigas—, debió tomar a su cargo la explotación de este estacionamiento tan necesario para la zona. Cabe recordar que en ese punto de la ciudad se congregan varias instituciones médicas, Médica Uruguaya, Hospital Británico, Hospital Italiano, Hospital Pereira Rossell, las que atienden a más de un millón de personas. A esto se suma la creación del solo bus por Av. Italia, que no permite el estacionamiento, al igual que la prohibición de estacionar por 8 de Octubre, por Avelino Miranda, por Eduardo Víctor Haedo, entre otras tantas arterias, que hace prácticamente imposible estacionar en la zona, todo sumado al intenso tránsito de los ómnibus que entran y salen de una terminal que nunca se debió establecer allí, colapsando la zona, en el cruce con más tránsito de todo el país. Pero a todo este descontrol, producto de la improvisación, ahora se le sumó la frutilla, la necesidad imperiosa que tiene la izquierda de cada día estar «demoliendo la historia reciente». Hace pocos días comenzaron el vallado de la plaza para su recuperación y una vez colocada la última chapa, las máquinas, ni lerdas ni perezosas cuando conviene, comenzaron con la demolición de la estructura de hormigón que acompañaba al mástil de la bandera, esa que fue construida durante la dictadura. |
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«El 15 de Diciembre de 1978, la Patria toda festejaba la inauguración del Monumento a la Bandera, en la Plaza de la Nacionalidad Oriental, en Bulevar Artigas y 8 de Octubre, muy cercano al lugar que fuera sede, en el año 1813, del Congreso Oriental de Tres Cruces, donde se proclamaran las famosas Instrucciones, que sintetizan el Ideario Artiguista. »Se conmemoraba además el sesquicentenario de la resolución sobre el diseño de nuestra primera Bandera, que adoptara la Asamblea Constituyente reunida en la Villa de Guadalupe, actual Canelones, el 18 de Diciembre de 1829. »Construida en tiempo récord, allí se alza un mástil de 30 metros de alto, en el que flamea una Bandera Nacional de 12 metros de largo por 8 metros de ancho. »Se inauguró con un acto multitudinario y fervoroso, presidido por las más altas autoridades nacionales, con abanderados de toda la República, que en número de veinte mil desfilaron al pie de la gran bandera. Constituyó un hito altamente simbólico y evocativo, por el cual la República con solemnidad homenajeaba a todos los que forjaron la Patria y era también afirmación permanente de la Orientalidad. »La Plaza de la Orientalidad es una expresión arquitectónica de firmeza, sencillez y austeridad, ofrecido a la juventud compatriota. Siguen vigentes partes del discurso inaugural en el que se expresaba: »“Hoy más que nunca es necesario tener creatividad e imaginación, para pensar genuinamente el Uruguay. Se requiere altivez y modestia, vigor y coherencia, emotividad y realismo, inteligencia y esfuerzo. Y eso exige que la juventud sea fuerte, vibrante y disciplinada”»*. |
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Pero por supuesto esto no llama la atención a nadie, cuando ya han querido sacar los restos del Mausoleo en la Plaza Independencia, ¡también para hacer «estacionamientos subterráneos»! Han intentado tapar la historia, modificarla, pero deben hacer un gran esfuerzo, porque todo lo que construyó la dictadura es brutal, la represa de Salto Grande, la represa de Palmar, los puentes internacionales Fray Bentos-Puerto Unzué, Paysandú-Colón, el Hospital Policial, el Edificio Libertad, los accesos de Montevideo y cientos de obras más, que llevaron nuestra deuda externa a poco más de 5.000 millones de dólares, que trepó a 12.000 millones luego de la crisis en el gobierno de Jorge Batlle, y que en ocho años ha llegado a los 40.000 millones que debemos hoy, en realidad los que deben ya nuestros nietos. Pero antes de terminar quiero expresar que no comparto en lo más mínimo la instauración de una dictadura, que tanto daño nos hizo también, que tantas secuelas dejó, las que hoy siguen siendo usadas como estrategia política para seguir dividiendo a nuestra gente, a la que hoy con deuda pública se le vende espejitos de colores. Los invito a ver el documento completo que cito en la fuente, les llamará la atención lo realizado entre el año 1973 y 1985. Al ritmo actual de obras, deberemos vivir varias vidas para estar ante la cantidad de obras realizadas en aquella época y creo que deberán demoler una gran parte de Uruguay para intentar tapar esa historia reciente. || (*) Fuente: Uruguay Verdad. Principales obras físicas del proceso cívico-militar 1973-1985 → http://bit.ly/HbJJCM |
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