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Los espacios públicos, y en este caso en particular el puente de las Américas, son cada vez más degradados por grafitis, pintadas y afiches.

Hace varios días estoy yendo todos los días a Punta Negra a construir una casa y eso me lleva a pasar por el Puente de las Américas a diario e irremediablemente calentarme en cada ocasión.

El puente realmente es una obra de arte y no importa quién lo hizo, si fue Jorge Batlle antes de pasar la presidencia que lo inauguró, lo importante es que es un ícono, una referencia magnífica que tiene la ruta. Sin embargo vemos el atentado que sufre, pintadas como si se tratara de una pared en ruinas, destinada a las pegatinas, y allí el sector que contribuye más a la suciedad visual de nuestras ciudades, que además hoy está en el Gobierno, el Frente Amplio, arremete contra su estructura con todo tipo de pintadas, desde el «faso legal» del MPP, hasta las pintadas del sector del intendente Carámbula, que en vez de trabajar en el lucimiento, trabaja en la mugre de la Ciudad de la Costa. 
Por supuesto que el palo también debe ir para el Partido Nacional, que en especial en la cara norte se ha mandado siempre alguna pintada, igual ya irrisorias comparadas con la vandalización a la que somete el Frente Amplio todo elemento público.

Un poco más adelante, cuando ingresamos desde la ruta 101 a la ruta Interbalnearia, ya podemos encontrar pintadas, como las de los anarquistas, tan sucios como los frentistas en su forma de comunicación, y de esa forma vamos perdiendo nuestras obras nuevas. Además, pegar afiches en muros en rutas, donde el promedio de circulación es de 75 km/h y no pasan peatones, es realmente de gente muy poco inteligente.

Ahora bien, qué le podemos pedir a las autoridades, que controlen, que apliquen sanciones, que tengan vergüenza. Nada de eso va a pasar, porque la gente seguirá votando vivir entre la basura, como lo ha hecho los últimos veintidós años en Montevideo.