El presidente José Mujica, tratos y destratos, los malos ejemplos y el poder |
Jorge Castro Latorre |
Los dichos del Presidente en Brasilia y sus repercusiones. |
Gran polvareda levantaron en las redes sociales las declaraciones del primer mandatario efectuadas al periodista de Canal 10 en Brasilia, refiriéndose a una pregunta sobre la decisión de los líderes nacionalistas de pedirle la renuncia a Fernando Calloia. «¿Por qué no van a controlar a sus señoras esposas, a ver dónde andan, en lugar de andar controlando esas pavadas? Estamos para la chismografía», fue la respuesta. De allí en más los comentarios no se hicieron esperar, que ataca la dignidad de las esposas, que es violento, que incita a la violencia domestica, que así no ayuda, los políticos opositores todos reaccionaron, pidieron explicaciones, se agraviaron, y el Presidente finalmente pidió disculpas, pero en un tono absolutamente amenazante para quienes critican la situación de Pluna, y realmente fue peor la enmienda que el soneto. A todas las voces alzadas, las que no se hicieron oír fueron las de las ONG que luchan contra la violencia o el maltrato, o defensoras de la mujer, o Mujeres de Negro. Sin dudas elevar la voz con todo el respaldo del poder es una cosa y levantarla contra el poder, otra muy diferente, pues salvo Cotidiano Mujer ninguna se expresó, y sabido es que estas organizaciones son respaldadas oficialmente y muchas veces utilizadas con fines políticos partidarios, al igual que la bancada oficialista, que hizo mutis esos días sobre el tema. Pero las faltas de respeto del presidente Mujica no son casuales, desde la famosa «no sea nabo, Neber» o el «no sea choriza» a Raquel Daruech, la prensa desde un primer momento lo tomó jocosamente, y se hacían referencias supuestamente graciosas sobre la falta de respeto demostrada por un senador de la República hacia los periodistas, hacia la población, y de todo lo ocurrido estos años, la prensa y los periodistas son también directamente responsables, pues callaron, bromearon, o directamente miraron para otro lado. Hoy se ha vuelto incontrolable, y no alcanza con decir él es buen lector, es un hombre muy culto, o eso lo dice en lenguaje popular para hacerse entender, o así llega mejor a las masas, todo ello es un intento de justificar lo que no tiene justificación. El señor presidente de la República es un verdadero irrespetuoso, abusa de su poder, y denigra con sus dichos la investidura presidencial. Es el cargo de presidente de la República el máximo al que puede aspirar un ciudadano, y llegar allí por el imperio del voto ciudadano implica un elevadísimo honor, pero implica también responsabilidades, y es a esas responsabilidades a las que José Mujica el presidente de la República falta, quien debería de ser el referente de quienes lo ven, lo leen, más allá de las decisiones políticas, tendría que actuar con decoro. Los niños en las escuelas, en sus casas, responden con el no sea nabo, está siendo un pésimo ejemplo, o el «me voy a la mierda» cuando era ministro de Ganadería en el congreso de la Federación Rural, por si el precio del dólar bajaba de 23 pesos y afectaba la competitividad. (Presidente, hoy está a 19.50). Y de nada valen las respuestas de quienes pretenden justificarlo diciendo que «los que estaban antes hablaban bien y robaban todo», pues no era así, y aun si eso fuera así, su obligación es ser mejor, no igualar para abajo, por lo que a juicio de quien esto escribe es el presidente hoy un mal referente. A todos los programas y escritos que lo alaban como «el presidente más pobre del mundo», ello está muy lejos de la realidad, él vive así por opción, porque quiere, pero lejos de ser pobre, a los pobres los está ofendiendo, pues ellos no tienen opción, no pueden elegir, están siendo condenados a ser pobres, pues la educación es mala, las ayudas, asistencialistas, los mantienen y perpetúan en la pobreza, ayudan a reproducirla, su populismo no soluciona los problemas de vivienda, y el sueldo que dona más lo que recibe de colaboraciones del Plan Juntos son una afrenta a la dignidad de las personas. Demoran años en poder construir las necesarias, es un proceso lento, e ignora toda la institucionalidad que el país se dio durante décadas —Ministerio de Vivienda, Agencia Nacional de Vivienda, Mevir— para dirigirlo desde la Presidencia de la República sin controles del Tribunal de Cuentas de la República y concentrando poder, como hizo con la solución de la guerra de las patentes, quitándole autonomía a las intendencias, sujetándolas a los arbitrios del Ejecutivo de qué obras hacer y cuáles no, y obligándolos a pedir lo que en realidad es de ellos y sus autonomías previstas en la Constitución de la República. Los enojos y malhumores que muestra los justifican con su pasado de luchas revolucionarias o guerrilleras, su encierro durante la dictadura, pero a ellos respondemos que José Mujica atacó un régimen democrático, que él se alzó en armas para tomar el poder por medio de la violencia, que su accionar no fue democrático, que estuvo preso y procesado por la justicia civil mucho antes del golpe de Estado que derribó las instituciones y que de aquellas épocas difíciles él salió con la amnistía general irrestricta del Gobierno del Dr. Julio María Sanguinetti, al retorno a la democracia, y que desde entonces actúa dentro de ella, pero no siente el valor de la democracia, con frases como «lo político está por sobre lo jurídico». No, señor, eso no es democrático, eso es golpista como ya lo dijera el senador José Amorín Batlle. Se comprometió además a respetar el resultado de los plebiscitos y no lo hizo, buscando subterfugios legales para anular la ley de Caducidad, o lo que de ello le convenía, pues los artículos que hablan de reparaciones económicas siguen en pie, y muy bien que los utilizan y de ello no se habla. ¿Molesto? Sí, muy molesto de ver cómo se degrada nuestra institucionalidad, cómo se abusa de ella, y cómo desde el poder se muestran tan arbitrarios, como con el joven que en Rocha le gritara traidor y fuera violentamente retirado por la guardia personal del Presidente, frase ya recurrente, como cuando en la exposición rural otro extupamaro le gritara «Pepe, mirame, vos y la Tronca nos vendieron», y la verdad que en todos aquellos años difíciles muchos murieron, policías y militares cumpliendo con sus obligaciones y hubo víctimas de la violencia, estudiantes, obreros y muchos idealistas que siguieron la lucha armada por el hoy Presidente encabezada. Sin embargo, todos los que organizaron la guerrilla permanecieron vivos, incluso la mayoría de ellos son hoy el Gobierno. A mí que me tocó vivir muy de cerca todos aquellos acontecimientos, por ser contemporáneo, siempre me creó dudas, y creo que muchos uruguayos hoy se lo están preguntando… Hubo acuerdos entre militares y tupamaros, y varios libros así lo muestran, Mujica representa fielmente todo ese pasado de violencias que el Uruguay vivió, es a él a quien le toca desde la máxima magistratura mejorar el país y cerrar esas heridas abiertas, y no tiene que estar muerto, como él manifiesta, para ello, ahora es su tiempo, su momento y a él se debe... El presidente de la República José Mujica Cordano debe de reflexionar, darse cuenta en qué lugar de la historia está y proceder en consecuencia, los arrebatos histriónicos y los insultos y destratos no le ayudan. |
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