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... Relata Yonathan Luzardo, joven de 32 años, que estudió dos años de ingeniería en electrónica, inglés, computación, fotografía, realización audiovisual, posproducción, y este último año asesor de imagen. Considera que sus expectativas laborales y económicas no se realizaron al egresar en Realización Audiovisual de ORT, en el año 2003, carrera a la que se dedica actualmente. Empezó a trabajar realizando pasantías, gratis, mientras estudiaba y luego le fueron surgiendo otras oportunidades de desarrollo en el área. Cuando se recibió ya estaba trabajando y pudo mejorar dado que tenía el título. Con el fin de crecer ha ido cambiando de productoras a canales de TV y hoy en día trabaja en una productora de publicidad. Por otra parte cuenta que en su experiencia «pagué bastante derecho de piso un poco impuesto y un poco por sentimiento de querer estar seguro de lo que hago antes de pedir más dinero».

Hoy si bien vive sin lujos, se reconoce cierta satisfacción en sus palabras al decir: «Vivo de lo que me gusta, creo que eso también es una decisión de vida, si aceptar cualquier cosa o buscar lo que te gusta y tratar de que te sea rentable. Otros casos que conozco trabajan de lo que sea que les paguen mejor, pero después viven frustrados porque no hacen lo que les gusta».

Así como Yonathan hay muchas personas que tuvimos la oportunidad de entrevistar (en total 100 personas) que nos llevaron a sacar una serie de conclusiones pero fundamentalmente que encontrar un empleo hoy en día no es fácil, y máxime si se es joven.

El cometido de esta indagación fue conocer la situación actual de la inserción laboral en Uruguay de aquellas personas que terminan sus estudios ya sea de una profesión (egresados de todas las universidades, institutos, centros de enseñanza, UTU, etcétera), así como también de un oficio (egresados de centros educativos, academias, etcétera). Nos basamos en un mini cuestionario de cuatro preguntas hechas a egresados de diferentes profesiones, oficios y sectores sociales, en persona y a través de las redes sociales.

A continuación las preguntas formuladas:

a) ¿Qué estudiaste? ¿Dónde? ¿En qué año terminaste?

b) ¿Cuál fue tu experiencia de inserción laboral? ¿Comenzaste a trabajar durante tus estudios y al terminar? ¿Dónde? ¿Has ido cambiando?

c) ¿Cuáles eran tus expectativas laborales y económicas? ¿Se cumplieron?

d) ¿Qué opinas (de acuerdo a tu experiencia y de la gente que conoces en tu situación) sobre la posibilidad que tienen las personas que terminan sus estudios de trabajar en lo que se han preparado? ¿Hay que pagar derecho de piso?

Asimismo nos informamos sobre el tema en Internet, prensa, inspeccionamos las encuestas del INE (Instituto Nacional de Estadística) y nos interiorizamos de lo que rige en nuestro país a través del Ministerio de Trabajo y sus diversos organismos, DINAE Y DINAS-TRA; la Organización Internacional del Trabajo, para conocer en detalle el perfil del actual buscador de empleo y cómo afronta su entrada en el mercado laboral.

Existen áreas de desempeño en las cuales la inserción laboral es más pronta, inmediata, por ejemplo, para un Abogado (quiso mantener el anonimato), recibido en el año 2006 en la Regional Norte de Salto, sí hay más posibilidades que para otras carreras porque se puede ejercer de forma independiente, uno puede salir a buscar sus propios clientes, pese a la competencia. Dice que sus expectativas sí se han ido cumpliendo, aunque «confieso que tuve que tener paciencia». Comenzó a trabajar luego de culminar sus estudios en el departamento de Paysandú y hoy por hoy puede también ejercer en Montevideo. «También es cierto que se debe pagar derecho de piso. En mi plano por la poca preparación práctica en facultad y por imposición de los colegas que celan el ámbito de trabajo».

En charla con el mensuario Al día, Viviana Gargiulo, 35 años, licenciada en Diseño Gráfico, en la Escuela de Diseño de BIOS, en el año 2007, nos cuenta que tampoco escapa al conocido fenómeno de «pagar derecho de piso», ya que su experiencia de inserción laboral luego de recibirse fue complicada: «Comencé a desempeñarme como “ayudante de diseño” en el diario El País, un largo tiempo, específicamente en el Gallito Luis, aún teniendo un título universitario y con maestría». Recién hace seis meses pudo abrir su propio estudio de diseño y si bien el lapso de práctica es corto, siente que sí puede decir que ha cumplido sus expectativas laborales, «pero aún no puedo decir que cumplí mis expectativas económicas».

Carolina Mesa Arévalo, 31 años, periodista, nos da su punto de vista al respecto y comenta que «el mundo de la comunicación no es fácil y ahí hay muchas personas que sí pagan derechos de piso. Tampoco es justo que dependiendo de dónde estudies te den la oportunidad de hacer pasantías o no. Por ejemplo en el IPEP [Instituto Profesional de Enseñanza Periodística] y en [el Instituto] FEC pasó que terminamos de estudiar y no tuvimos respuesta del instituto, recibimos el diploma y nada más. En la [Universidad] ORT por ejemplo te llegan cuando hay ofertas laborales etcétera… En la UDE [Universidad de la Empresa], lo mismo».

Noelia Carlini, 29 años, egresada en el año 2003 de Idóneo en belleza, de la UTU del departamento de San José, sí pagó derecho de piso hasta hacerse conocer. Nos comenta que igualmente su experiencia fue «buena porque en base a mis estudios, si bien no trabajé durante estos, sí a los días de terminar, abrí mi empresa, en Villa Rodríguez, en el departamento de San José». Sí ha cumplido sus expectativas económicas, «ya que puedo mantenerme» y laboralmente siempre sigue creciendo ya que durante el 2012 estudió Asesoría de Imagen en el CDKV por lo cual en ese ámbito queda mucho para cumplirse mis expectativas».

Carolina Cirese, 34 años, analista en Marketing (entre otros títulos obtenidos) nos comenta: «Siempre se paga derecho de piso, y aunque a veces no sea así se paga un costo que es el lógico del proceso de aprendizaje de cualquier tarea. Una cosa es egresar “de”, y otra trabajar “de”. La realidad se ve en la acción del trabajo diario y ahí es donde uno se hace».

Según el INE, los jóvenes es un colectivo especialmente afectado por el desempleo. Además, se da el caso de que su inserción laboral no siempre es fácil. De hecho, la mayoría de los jóvenes de edades entre los 23 y 34 años tiene que esperar más de un año para incorporarse a un puesto de trabajo tras acabar sus estudios. Un empleo que uno de cada tres no suele mantener más de tres años.

La duración del empleo es variable y a  la hora de buscar empleo, los jóvenes optaron por varias vías. La mayoría de ellos encontró el puesto de trabajo a través de familiares y amigos.

Eliana Aguilar, 25 años, auxiliar de enfermería, en la Facultad de Enfermería,  cosmetóloga médica, egresada de la Facultad de Enfermería, con especializaciones en instituciones privadas en Argentina sí consiguió trabajo al egresar «dando clases de maquillaje, pero no por mis medios sino a través de conocidos.

»Creo que en este mercado es la forma que tienes para avanzar un poco y estar más o menos acorde a tus esfuerzos. […] Es lamentablemente que esto suceda, el tener que recurrir a alguien que te ayude, teniendo la capacitación necesaria […], pero para los jóvenes es muy difícil».

Carolina Mesa Arévalo al respecto opina desde su experiencia lo siguiente: «Los medios de comunicación no publican cuando necesitan a periodistas, son muy pocas veces las que te enterás que hay un casting, etcétera. Siempre es todo interno y no me parece que esté bien, hay gente que estudia, se prepara, obtiene el título, es buena y sin embargo no tiene oportunidades. Siempre están los mismos en la TV. Cuando presentás un proyecto que está bueno te lo archivan, si vas a llevar un currículum queda en archivo también y entra el conocido, el amigo de… Creo que con el tema de “Periodismo” todo el mundo confunde su significado. Son pocos los periodistas, hay gente que le gusta el color y está en pantalla por eso, aunque le paguen dos pesos o nada, igual están». | Continúa en Al día #17 Febrero 2013.