Visita a un barrio emblemático, el Cerro de Montevideo |
Walter Pérez |
Tuve la oportunidad de estar presente en la transmisión del programa Montevideo contigo desde el Cerro el sábado 25 de mayo. La preocupación central manifestada por los vecinos que participaron fue la inseguridad. |
Tuve la oportunidad de acompañar al programa Montevideo contigo en su visita al Cerro, desde la esquina de las calles Ecuador y Grecia. Montevideo contigo, audición radial a micrófono abierto, con emisión directa por Radio Universal 970 los días sábados desde las 11.00 hasta las 12.00, es una oportunidad que todos los barrios de Montevideo y muchas ciudades del interior han tenido y seguirán teniendo para hacer conocer sus inquietudes. Así, cada ciudadano puede expresarse con total libertad. Puede expresar sus problemas en forma directa aun sin depender de sus representantes constitucionales (senadores, diputados) ni de quienes a través de organizaciones sociales, gremiales, puedan sentirse representantes de estas inquietudes. Montevideo contigo no pregunta al interlocutor sus preferencias político-partidarias, con lo cual cada entrevistado no es presionado por ninguna censura previa ni posterior. Dentro de este marco de absoluta libertad de opinión, la problemática dominante fue el tema de la seguridad. Hubo ciertas expresiones de los pobladores que podrían servir de títulos por constituir ideas fuerza, a tener en cuenta en las conclusiones finales. Niños y viejos están sometidos a la acción de los malvivientes. Los vecinos se sienten solos. La protección policial se reduce a un trato correcto de parte del funcionario policial en el momento de efectuar la denuncia. Pero las acciones posteriores, el funcionamiento de la institución policial, en apoyo del vecino, a partir de la denuncia, o no existe o no es eficiente. No es ajena a este problema la acción de la justicia. No siempre el policía se siente respaldado por los procedimientos o fallos judiciales. Las propiedades están protegidas por rejas, algunas por cercas electrificadas. No obstante son frecuentes los robos de diversos objetos, sin consecuencias posteriores. Jóvenes que concurren a estudiar o personas de la tercera edad no se sienten protegidas en su circulación por la vía pública y esto no es solo en horas de la noche. Otras expresiones podrían transcribirse, pero ya es momento de extrapolar este estado de ánimo, que no es por cierto una sensación térmica, expresión infelizmente usada por un jerarca del Gobierno. También en otros barrios es sistemática la acción de malvivientes. Una vecina fue herida de consideración durante un asalto a la sucursal del Banco de la República, sucursal Cerro. Sufrió quebraduras de rodillas y clavículas. La Policía la cita seis meses después con la finalidad de hacer un reconocimiento acerca de tres sospechosos. La persona damnificada no reconoció en esas personas a los delincuentes presuntamente implicados. Nada más pasó después. Mientras tanto, ninguna organización estatal se ocupó de asistencias médicas ni de mitigar las consecuencias físicas, laborales y psíquicas por este hecho. Otro testimonio nos habla de un asalto por tres menores a una heladería cuya propietaria fue objeto de dos balazos, afectando estómago e intestinos. Felizmente no hubo muertes, pero sí un sentimiento de indefensión, y consecuencias psíquicas sobre la persona herida, su familia, sus empleadas y sobre todo el vecindario. En resumen, la seguridad es un tema de muy alta sensibilidad pública. Es muy difícil esta problemática y muy compleja la tarea de abordar soluciones en el corto espacio de este artículo. Tampoco es su finalidad. Pero sí me atrevo a afirmar que ha faltado la necesaria unidad de doctrina para coordinar las acciones de los poderes del Estado. A través de los años, la situación ha sido cambiante, sucesivos cambios en las estructuras sociales, en la legislación, en las relaciones humanas, en los códigos explícitos e implícitos que las han regido, en los conflictos de poderes, también influenciados por interés personales y de grupos, hacen más difícil los diagnósticos y acciones concretas. Como telón de fondo los omnipresentes derechos humanos son un condimento siempre útil para justificar algunas inconductas. Para acercamos a conductas diferentes, en algún momento tendremos que asumir que los derechos conllevan obligaciones y deberes. Desde la familia, desde los centros de enseñanza, desde las autoridades, habrá que reclamar el respeto no solo de los derechos, sino también y con el mismo énfasis la observancia de deberes y obligaciones. Restablecer el Principio de Autoridad. Esto también es seguridad. || |
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