¿Cuál socialismo? |
Leyla Martin |
Un Gobierno para pobres encabezado por quien se da vida de rico... |
Se dice que Nicolás Maduro ni siquiera logró graduarse de bachiller, pues al parecer su coeficiente intelectual no daba para mucho, al punto que del último año de estudios cursados, de once, solo logró aprobar dos asignaturas. De la juventud del ahora juramentado presidente de Venezuela poco se sabe. Hay dudas hasta del lugar de su nacimiento, lo que ha levantado polémicas incluso a nivel internacional, pues se le imputa no ser venezolano y haber venido al mundo en la vecina república de Colombia, condición, a propósito, que le impediría ejercer la jefatura del Estado, de acuerdo con las leyes nacionales. Se comenta igualmente, que en sus años mozos estuvo un tiempo en la isla de Cuba, preparándose ideológicamente. Trabajó como chofer de autobuses y luego fue sindicalista en el metro de Caracas, donde tenía fama de «reposero»*. Siendo un incondicional del extinto «líder latinoamericano» Hugo Chávez, fue el ungido para la sucesión en caso de su desaparición física, lo cual tuvo lugar en fecha hasta ahora puesta en duda por los representantes de la oposición. Igualmente ha estado en tela de juicio su triunfo electoral, de forma transparente, lo que sigue en contienda, sin respuesta satisfactoria por parte de los entes pertinentes. Recientemente se produjo la legalización de su relación o convivencia, iniciada cuando se fundó el Movimiento político MBR-200, con Cilia Flores, a quien durante casi dos décadas ha estado vinculado, mayor que él diez años y que conoció cuando Chávez, que lo consideraba su hombre de confianza, cumplía condena por el golpe frustrado con el que intentó en principio asumir el poder. Ella fungía como uno de los abogados del golpista y posteriormente desempeñó diversos cargos en el gobierno socialista; aunque no son pocos los que afirman que ya no eran pareja y que el reciente enlace es un pacto que a la vez sirve de «trapo rojo» cuando al sacudirlo distraiga, con las briznas que desprende, a los ciudadanos venezolanos frente al cúmulo de dificultades que confronta el país. La boda civil fue una ceremonia privada en su residencia, que estuvo a cargo del alcalde del Municipio Libertador de Caracas, Jorge Jesús Rodríguez Gómez, dirigente nacional del partido de gobierno PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) y uno de los más «duros del chavismo». Por cierto, no se sabe cómo pudo legitimarse la unión el 15 de julio próximo pasado, cuando la partida de nacimiento de Maduro es un documento que todos quienes lo adversan han tratado de ubicar. La luna de miel, pese a todos los problemas presentes en Venezuela, cupo en la agenda del mandatario y fue breve (dos días) pero su celebración se llevó a cabo a todo trapo… Se hospedó pues el Sr. Maduro en la Isla de Margarita (Estado Nueva Esparta) junto a su consorte, en una lujosísima residencia propiedad de un empresario cuya familia está vinculada a la actividad financiera nacional, presidencia y fundación del Banco de Venezuela. La mansión propiedad del millonario Antonio Lecuna está situada en la Bahía de Juan Griego, donde se contemplan hermosos atardeceres y allí festejaron con una ostentosa degustación de caracoles rociados con vino, erizos al horno y otros selectos platillos, precedidos de un brindis con cava… no podía ser menos; al mejor estilo burgués. Es de señalar que este dúo ya había anticipado su viaje de boda dado que, desde que Nicolás Maduro fue investido, han estado permanentemente montados en un avión y no han calentado silla en la nación. A lo malo es difícil acostumbrarse… pero a lo bueno, ¡cuán posible es! || (*) «Dicho de una persona: Que con frecuencia disfruta de permisos, descansos o licencias para ausentarse del trabajo». (N. del E.). |
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