Los famosos Jubilares |
Martín Bueno |
La experiencia del Jubilar demostró que sí se puede, que personas de carne y hueso lograron en un contexto crítico educar a chiquilines que quieren estudiar. |
Hoy vivimos la euforia del liceo Jubilar, y esto sucede por un episodio muy concreto y real, existe una iniciativa privada en un barrio crítico de Montevideo que funciona bien. La experiencia del Jubilar demostró que sí se puede, que personas de carne y hueso lograron en un contexto crítico educar a chiquilines que quieren estudiar. Claramente el problema está en la naturaleza humana que ha convertido al Estado en una máquina corporativa que ya no vela por el interés general, sino que vela por sus propios intereses y los de las cientos de corporaciones que la integran. El Estado, que debe regular la balanza de la injusticia provocada por el capitalismo y la sociedad de consumo, que debe brindar igualdad de oportunidades a todos los habitantes, se ha convertido de hecho en un actor que desequilibra también la balanza de la justicia social porque ya no le interesa el interés general sino privilegiar a los corporativos organizados. Esto se debe terminar, el Estado a través de sus miles centros de educación debe procrear miles de experiencias parecidas o más bien mejores que las del Jubilar, tiene todo para hacerlo, pero ya lo tiene hoy. Hoy mismo tiene los edificios, los bancos, los pizarrones, los maestros, los adscriptos, el funcionario 222, ya tiene todo, entonces que empiece a funcionar. Obviamente, sabemos que no es fácil, pero con esta nota solo queremos manifestar que el problema está en la actitud de los servidores públicos y en sus jerarcas, no en más presupuesto por sí mismo. ¿Qué tiene de mejor objetivamente el Jubilar que cualquier otro liceo?, absolutamente nada, lo único que tiene de mejor es el compromiso y las ganas de las personas que son parte de dicha institución. |
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