Regresó la Navidad... |
Leyla Martin |
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En el agitado mundo en que vivimos, pestañeamos y… ¡de nuevo es Navidad! El júbilo que traen consigo estos días mitiga los problemas y renueva la esperanza. Es tiempo de armonía, de paz, de obsequiar, de sanar las heridas, de reconciliación, de mirar con ilusión hacia adelante y plantearnos nuevos proyectos. Su magia nos hace más tolerantes, más amables. Aunque sea por ese breve período en el año, nos mueve la utopía de poder ayudar a todo el mundo, en mayor medida que la aspiración habitual. Quisiéramos que todos los niños en el universo gocen de un cálido hogar, que San Nicolás, el Niño Jesús o los Reyes Magos, cumplan sus deseos y no les falte un plato de comida caliente o un juguete. Que sanen los enfermos, que se unan las familias distanciadas, que solo haya armonía y no guerra, que cese el odio, la enemistad y la avaricia, que todo sea color rosa, o mejor dicho, del color de la Navidad. Las nuevas tendencias alientan a que cuando se tiene un deseo, se visualice y se pida con fe su materialización, porque la mente cualquier cosa puede lograr. Hagamos pues una conexión en la que todos unamos nuestros anhelos con la más pura ilusión y la más recia certidumbre, para que aquello que traiga bien al mundo, a cada uno de sus países, a cada familia, a cada individuo, se convierta en realidad. Que el hechizo de estas fiestas se derrame sobre nosotros y su avenencia permanezca en cada corazón y por ende en cada uno de nuestros actos, durante el año que está por comenzar, para que en 2015 ¡siempre sea Navidad! |
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